Atardece en nuestra comarca y, en las calles, el aire fresco resiste a los rayos del tibio sol otoñal. A nuestro paso desde el pastizal que bordea el camino, brota una explosión de oro que se dispersa entre los desnudos árboles, como un regalo en nuestro paseo. Seguramente sabrás de qué se trata… una bandada de Cabecitanegra. Éste es el visitante invitado en nuestro Infocoa.
Se lo supo llamar “Cabecitanegra Común” (Spinus magellanicus) para diferenciarlo de los otros Cabecitanegra que junto a los Tangará también forman parte de la familia Fringillidae. Actualmente, ese nombre -que parecía hacer poca justicia a su belleza- fue modificado y ahora cuando decimos Cabecitanegra estamos nombrando al habitante de nuestra comarca.
Mide unos 12 cm y su nombre se debe a la notable capucha negro azabache que cubre la cabeza y la garganta de los machos. Su dorso es color oliva y ventralmente de intenso amarillo.
La cola negra con base amarilla y sus alas negras con bandas amarillas que se acentúan en vuelo.
La hembra es de un amarillo más verdoso y no posee el capuchón negro.
Inquieto de vuelo rápido y ondulado su pico corto, fuerte y cónico le permite alimentarse, tanto en el suelo como en la copa de los árboles, de semillas y ocasionalmente de algún insecto.
En nuestra zona vemos que tiene predilección por cardos y semillas de fresnos.
Si bien su hábitat son las áreas rurales y plantaciones algo dispersas, ha sabido ingresar a nuestras zonas urbanas atraído por los jardines, parques y arboledas.
Es gregario y confiado. En otoño e invierno lo vemos formando pequeñas bandadas y en período reproductivo en parejas. Cantan posados y en vuelo, especialmente el macho seduciendo a su compañera. Su canto es armónico, complejo y chirriante, muy agradable que suena así…
De octubre a diciembre, construye su nido en forma de tacita prolija y profunda, con finos palitos, fibras vegetales, que en la parte interior tapiza con materiales suaves como plumitas y telas de araña. Pone de 3 a 4 huevos, blancos o celeste suave, los incuba la hembra que es quien da los cuidados iniciales a los pichones; luego, se sumará el macho hasta que abandonen el nido.
Los juveniles son parecidos a la mamá y los machos irán adquiriendo la capucha del papá que estará completa al año dando todo el sentido a su nombre.
Referencias:
*De la Peña, M.R. 2015. Aves Argentinas. Incluye nidos y huevos. Eudeba, Buenos Aires.
*Doiny Cabré,P.C. y Lejarraga,L. 2015, Aves de Sierra de la Ventana guía de campo. Bahía Blanca
*https://ebird.org
Como tantos otros, su canto y belleza hace que sean víctimas de aquellos hombres que enjaulan vida y libertad diciendo -irónicamente- que le gustan las aves.
No lo permitamos, no seamos parte del tráfico de fauna silvestre, disfrutémoslos en los cielos.
Les sugerimos continuar viendo más fotos hermosas de los Cabecitanegra en el video de este 19º Infocoa que se publica junto a esta nota y también en nuestro Facebook y nuevo Canal de YouTube.
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