Nuevamente del COA Gaucho Serrano de Villa Ventana, les acercamos información sobre una especie muy conocida que nos permitirá seguir comprendiendo la importancia de nuestra forma de vincularnos con la naturaleza y de los beneficios que nos deberíamos brindar mutuamente.
Para entrar en tema y poner a prueba sus conocimientos, antes de darles su nombre, relataremos una de las leyendas y algunas creencias populares sobre esta especie.
La leyenda cuenta que se trataba de unos muchachos ricos que habían heredado una gran fortuna de su padre, bien parecidos, simpáticos y muy solicitados en las fiestas porque además sabían bailar y divertirse.
Había llegado el momento que -para seguir con su estilo de vida- tuvieron que empezar a vender los bienes heredados porque no habían aprendido a trabajar para recuperar lo que gastaban. Finalmente, cuando quedaron pobres sin recursos, se fueron al campo para no ver a nadie y lloraron desesperados hasta quedarse dormidos. Cuando despertaron, había cambiado su aspecto… Se convirtieron en aves pequeñas que huían de la gente, pero conservando la corbata, la pechera de la camisa y, para demostrar su rango, el copete que Dios quiso dejarles. Como prueba de su largo llanto, les quedó un círculo rojo alrededor de los ojos.
Entre las creencias populares, se dice que cuando canta predice lluvia y también que sus gritos inconfundibles anuncian la cercanía de un visitante, por lo cual se le llama el Centinela de las Pampas.
Sí, es el Tero cuyo nombre científico es Vanellus chilensis, pertenece a la familia Charadriidae, y su fuerte llamado onomatopéyico “teru teru” le da el nombre popular en Argentina de tero tero. Su tamaño es de 31cm. Se lo encuentra en casi toda Sudamérica, habita prácticamente todo nuestro país en zonas abiertas rurales y urbanas, áreas de pastos cortos, como también en cercanías de lagunas, ríos y arroyos.
Suele andar en pareja o grupos familiares. Hace su nido en el suelo, en una pequeña depresión donde pone 3 ó 4 huevos pardo-oliváceos salpicados de motas oscuras, perfectamente camuflados con el medio. Los pichones también poseen un plumaje mimético y ante peligro quedan estáticos por aviso de los padres, que utilizan sus voces insistentes y vuelos rasantes para alejar al enemigo.
Sus amplias alas están provistas de unas prolongaciones óseas de color rojo, llamadas espolones, que usa como elemento de combate. Frente, pecho y línea que baja por garganta y cuello son de color negro; el resto de cabeza y cuello es gris.
Tiene un largo y fino copete nucal negro, su dorso es pardo y tiene brillo verde y morado en plumas cobertoras de sus alas. Plumas remeras del ala y la faja caudal son negras, notables en vuelo, y el resto es blanco. Su pico es rojo con culmen o extremo negro. Sus párpados, iris y patas son rojizos.
Las patas son largas y finas, de allí el dicho de «patas de tero» aplicado a la persona de piernas delgadas. Sus patas terminan en tres dedos dirigidos hacia adelante y uno muy corto hacia atrás. Cuando camina hace algunas “agachadas”, como pequeño movimiento de su torso hacia abajo.
Se alimenta de insectos pequeños terrestres -que busca entre las hierbas- y de lombrices revolviendo la tierra con sus patas y extrayéndolas con el pico.
Antes de despedirnos, no podemos dejar de mencionar a su pariente que es más difícil de ver en la comarca turística. Se lo ubica en casi todo nuestro territorio hasta Chubut inclusive, pero se lo encuentra en grupos pequeños en bordes de lagunas y sitios inundados, en medio del campo en lugares distantes del ámbito humano.
Nos referimos al Tero Real cuyo nombre científico es Himantopus mexicanus y pertenece a la familia Recurvirostridae, que se destaca también por sus larguísimas patas rojas, con sobrio plumaje blanco y negro, y resulta así en una de las aves más notables del bañado. Su voz recuerda a la del Tero aunque es menos potente e insistente, de tono grave que parece el ladrido de un perro chico, de allí su nombre común “perrito de agua”. Se lo oye así…
Nidifica en colonias al borde del agua, construye su nido de pajitas y hojas, lo defiende valiéndose de artificios para alejar al enemigo del nido. Pone 4 huevos similares a los del Tero antes mencionado y también es insectívoro, que busca con su largo pico de 6 cm.
Referencias:
* Guía de identificación de aves de Argentina y Uruguay. Tito Narosky y Darío Yzurieta.
* 100 Aves Argentinas. Tito Narosky y Pablo Canevari.
* La leyenda del Tero – https://www.regionlitoral.net/2020/09/la-leyenda-del-tero.html?m=1
Podés comunicarte con nosotros por estas vías:
Les sugerimos ver las increíbles y hermosas fotos de exposición en el video -para apreciar al Tero y al Tero Real hasta en finos detalles- en esta misma publicación. También publicamos este 26º Infocoa y el video en nuestro Facebook y nuestro nuevo canal de YouTube, donde nos encuentran como «COA Gaucho Serrano de Villa Ventana».