Un informe de Luchemos por La Vida.
Nos sentimos seguros y expertos caminando, es lógico si lo hacemos desde nuestro segundo año de vida. Andar sobre nuestros pies es un acto mecánico y natural, después de que nos afianzamos en nuestros primeros pasos siendo bebés. Así también, salimos a la calle sin pensar en el desafío que significa movernos en el espacio compartido de la vía pública, junto a los demás integrantes del sistema.
Todos somos peatones, los usuarios más vulnerables en el sistema del tránsito. En el mundo, cada año, mueren más de 270.000 peatones. En Argentina, se estima que en 2023 cerca de 1300 peatones murieron en el tránsito. Más del 20% de todas las víctimas fatales. En las grandes ciudades, los peatones lideran las estadísticas de mortalidad.
Dar la prioridad peatonal: ¿favor u obligación?
En la Ciudad de Buenos Aires, en los últimos 10 años, más del 40% de las víctimas fatales fueron peatones. Lo cotidiano y habitual es que los conductores ignoren la prioridad peatonal. Un estudio de Luchemos por la Vida observó que sólo el 12% de los conductores otorgan la prioridad al peatón (ver estudio Prioridad peatonal: asignatura pendiente 2020). Esto desmotiva a los peatones a caminar hasta la esquina o senda peatonal para cruzar. Sólo un 10% de estos cruzan correctamente (ver estudio).
Tan escaso es el respeto a los peatones en el tránsito, que cuando un conductor nos da la prioridad peatonal en las esquinas, en general lo agradecemos con un gesto o una palabra, pero… ¿es razonable agradecer que nos den la prioridad peatonal? Dar las gracias pone de manifiesto que sentimos que nos están haciendo un favor, y no el cumplimiento de una obligación por parte de los conductores y el ejercicio de un derecho como peatones. Al contrario de lo que sucede en los países exitosos en seguridad vial, donde la prioridad peatonal es absoluta.
La movilidad sustentable prioriza el cuidado de los peatones
Medidas para protegerlos
Para acabar con las inaceptables muertes de peatones, en la Argentina tenemos que lograr, como país civilizado:
Reducir la velocidad a 30 km/h en todas las calles del país, para disminuir las muertes y generar ciudades más seguras, verdes y habitables, conforme lo está peticionando especialmente nuevamente este año las Naciones Unidas y la OMS en todo el mundo, y que Luchemos por la Vida promueve en Argentina.
Controlar y sancionar a los conductores transgresores de la prioridad peatonal (¡casi no se labran actas por esta grave infracción!) y de las velocidades máximas permitidas, para evitar que continúen estas muertes evitables.
Principales mejoras de la infraestructura vial:
- Construir veredas donde no las haya.
- Mejorar las veredas existentes (mantenimiento adecuado, amplitud, iluminación, peatonalización de las zonas más transitadas por los peatones, etc.).
- Colocar reductores de velocidad.
Diseñar infraestructuras para evitar el entrecruzamiento de vehículos y peatones en zonas densamente pobladas. - Señalizar y/o mantener pintadas las sendas peatonales en todas las esquinas.
- Colocar semáforos peatonales en todas las encrucijadas semaforizadas.
- Diseñar senderos seguros para peatones a los costados de las rutas próximas a zonas urbanizadas.
- Estas acciones, sumadas a la concientización de todos los usuarios de la vía pública lograrán el objetivo de evitar muertes y lesiones de peatones.
Que los conductores se detengan y otorguen siempre al peatón su prioridad depende de cada uno de nosotros.