La vi
El miércoles casi me parto la cabeza jugando al pádel. Venía con una molestia en el recto femoral del cuádriceps derecho por un intenso partido de vóley con gente 20 años menor (error 1). Fui a jugar al pádel desestimando esa molestia (error 2), y a los pocos puntos me empezó a doler. Me quedé callado (error 3). El partido pintaba áspero, veníamos ganando. En eso, el rival tira una pelota complicada, muy lateralizada. Voy hacia ella para devolverla, demasiado exigido (error 4). En el movimiento, giro hacia la izquierda, la pierna derecha resentida se traba contra el suelo y derivo de cabeza hacia la reja. Vi la reja. Juro que la vi. Las áreas rectangulares, el hierro. Le hice zoom in, pero no podía frenar, y llegué a pensar en las consecuencias del golpe, derivaciones hospitalarias, hematomas, cabeza hinchada, licencia, cosas atrasadas, molestar a quien vive conmigo, pensé en la boludez de ir a buscar esa pelota, en la falta de criterio para jerarquizar las cosas. Por una pelota te jugás la vida y por otras cosas más importantes, en lo personal y social, no arriesgás nada, no salís con ese ímpetu a defender el punto (error 5). Los puntos importantes se defienden fuera de esta cancha. En la otra cancha les están dando palazos a los jugadores, los ponen a jugar sin pelota, les cobran todas en contra, les comen los puntos, se les ríen, luego los echan. Llegó el golpe, la realidad, todo un palo, ya lo ves. Parte frontal y parte parietal del cráneo reciben el impacto, el cuello ataja la energía y la redistribuye, rebote del cuerpo y voy de espaldas al suelo. Vi, en ángulo nadir, el techo de la cancha y enseguida entraron en el encuadre mis compañeros que se acercaron a asistirme. Todos del mismo lado de la cancha, los afectados por el golpe. Me tranquilizaron. Uno no está solo en estas tierras. De la cancha, acompañado a la unidad sanitaria, donde me hicieron unas pruebas. Uno no está solo en estas tierras. Hielo en la zona. Reposo. En el certificado se lee traumatismo leve de cráneo, como para acomodar un poco las ideas y aprender a jerarquizar las cosas.
Uh, este otra vez…
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¿Quién lo escribe?
Hilario Capeans.