Ocurrirá a mediados de agosto en El Calafate. “Nos venimos preparando muy duro” aseguró Adriana Berardi, una de las competidoras.
En cuestión de algunas semanas tres mujeres de la comarca afrontarán uno de los desafíos más duros de la natación moderna, siendo parte de la copa mundial de aguas gélidas, a desarrollarse en la localidad santacruceña de El Calafate.
Al respecto Adriana Berardi, una integrante de este trío, explicó que “hace poquito que empecé con esta actividad y descubrí un mundo maravilloso. Sí se pone la piel de gallina cuando uno entra al agua fría pero en cuanto empezas a moverte y nadar cambia todo, la sangre empieza a circular y empezas a sentir ese calor interno propio de la actividad y se disfruta de una manera muy difícil de explicarlo”.
Según reconoció “empecé a nadar de chica, soy oriunda de Mar del Plata así que allá te mandan a aprender de chico, pero lo loco es que nunca nadé en el mar. Me metía a refrescarme, nada más”.
Pese a esto, “cuando me vine a vivir a Villa, situaciones familiares, laborales y sin pileta en el lugar, estuve sin nadar durante 15 años. En la pileta de Sierra en 2018 retomé y ahí le tengo que agradecer a mi primer profe en la comarca que fue Rémulo Terán, que no solo me enseñó a nadar pecho y mariposa, sino que me corrigió defectos de crol y espalda y además me devolvió la pasión por la natación”.
Dedicándole un párrafo, aseguró que “él me hizo fuerza para que haga mi primer cruce de la laguna de Tornquist, que lo hice en febrero 2023. Esa fue mi primera experiencia en aguas abiertas, nada que ver a la pileta, y me gustó mucho”.
Otro punto clave ocurrió cuando “en ese verano se sumó a la pileta María Eugenia Haun, que ya había nadado en aguas frías y fue la que nos invitó y nos comentó que se puede hacer todo el año, a diferencia de las aguas abiertas que se hacen solo en verano”.
Agregando que “así que el 1 de agosto en el arroyo del Sauce Grande fue la primera vez que nos metimos junto con Anabella Corbetto, las tres, en la zona del ancho. Si ahí está muy estancada el agua vamos a entrenar al San Bernardo, que tiene menos profundidad y es más corto pero tiene más corriente”.
De esa forma “el año pasado fuimos con Anabella a competir a Guaminí, y a partir de ahí seguimos entrenando y nos pusimos como meta participar el mes que viene en El Calafate. Es sin traje de neoprene, es todo con malla”.
Dando detalles de lo que viene, subrayó que “es la copa mundial de aguas gélidas, del 12 al 18 de agosto y vamos a participar en seis pruebas, de las cuales cuatro son en el lago del glaciar. Se arma una piscina flotante y hacía se hacen las distancias cortas hasta 200 metros, y luego las dos de aguas abiertas, de 500 y 1000 metros se hacen en el Lago Argentino”.
Asegurando que “el desafío que tenemos es que el agua está entre 2 grados y 2 grados y medio, y acá lo más bajo que estuvo es de 6 grados”.