El apodo remite a 1920 cuando los trabajadores rurales viajaban desalineados en los trenes bonaerenses.
El croto hasta tiene “una esquina” en la bifurcación de rutas que llevan a la Costa Atlántica, pero también se le dice erróneamente a toda persona mal vestida que, con su apariencia, denota estado de indigenciay hasta se lo suele asociar, en forma peyorativa, al de vago y atorrante.
En realidad fue el apellido Crotto el que lo inspiró, aunque la imagen del portador nada tenga que ver con tales descalificaciones. El personaje que se invoca en «la esquina», en el partido de Tordillo, era la versión agrícola del político radical que gobernó la provincia de Buenos Aires: José Camilo Crotto,y se debió a que él era habitué de una tradicional pulpería que estaba enclavada frente a la estatua de un tordillo.
Asimismo, en su honor, existe una localidad con su apellido en torno de la estación ferroviaria homónima en el partido de Tapalqué. La otra fuente de inspiración del término se origina en la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen, cuando sancionó el decreto 3/1920 que autorizaba y permitía a los peones rurales, “golondrinas”, se les decía, a viajar gratis en los trenes cargueros, que abordaban cubiertos de tierra o con la ropa desgarrada.
Vos viajás por «Crotto»
Los guardas les recordaban:‘Vos viajas por Crotto’, en referencia al apellido del intendente bonaerense, si bien entre ese tono despectivo utilizado y la traza de los pasajeros se convirtió en el hiato que juntó ambas procedencias en una misma denominación, aunque con una sola “t”.
También pasaban sin pagar “en el bulto” unos seres nómades que antiguamente solían vagar por rutas, caminos y estancias y refugiarse contra la lluvia y el sol en unas pequeñas casitas (construcciones de 1 o 2 metros cuadrados) a las que se llamaba croteras.
Lo que el mandatario provincial Crotto había dispuesto fue que, como los colados igual se filtraban en los cargueros, a los que se treparan en los primeros diez vagones de carga se los dejaría viajar, mientras a los que estaban en los demás vagones los bajaban.
El personal del ferrocarril, cuando revisaba la formación, les decía: «Vos te podes quedar por Crotto». Y es así como se fue deformando el nombre del gobernador y pasó a ser directamente sinónimo de mal vestido, en un rango que va desde desarreglado a harapiento.
De croto a linyera
¿Cuál sería la diferencia entre un croto y un linyera? Que el primero buscaba trabajo y el otro, independencia y libertad y frecuentemente, le gustaba andar solo.
La modernidad convirtió en sinónimos a linyera y croto, para describir a cualquiera que estuviera vestido con harapos o ropa sucia. Hoy día casi no se los ve por los caminos, sino en el paisaje urbano.
Sin embargo, escarbando más en el anecdotario se llega a 1910, bajo la presidencia de Figueroa Alcorta, quien invitó a nobles y reyes europeos que pensaban que los argentinos eran los más ricos del mundo.
Y en consecuencia, la consigna fue ocultar la pobreza. Ahí aparece Crotto y hace encerrar a los que estaban en situación de calle y mal vestidos.
Cuando ingresaban a la comisaría, como toda respuesta a los guardias que les preguntaban por qué estaban ahí, simplemente les decían «por Crotto».
El calendario fue dejando el tendal de hojas y la acepción se estableció en la traza del individuo, en las antípodas del apellido inspirador.
Se llega así a que una esposa o novia diga, por ejemplo: «¿Vas a ir así? Parecés un croto». Qué significa: algo así como mal vestido, de gusto dudoso y hasta un poco sucio.
Estar hecho un croto o ser un croto no aplican del mismo modo.
En un caso, se habla de una persona de muy bajos recursos, mal vestida. Y en otro, se dice del que asiste a un lugar con un atuendo que no es el indicado para el target al que se dirige, es decir, que está «hecho un croto».
Hay ejemplos que ubican a la expresión, según el sentido que se le da al decirla:
– «Aquél es un croto«: Esta expresión señala a una persona de bajos recursos, transmitiendo la idea de alguien marginado económicamente. Sin embargo, la riqueza de su significado se expande más allá de la economía, sugiriendo a menudo una conexión con las raíces históricas de la palabra.
– «Hoy voy muy crota«: En este caso, «croto» se aplica al estado de vestimenta, indicando que la persona se viste de manera desgastada o con prendas antiguas. Este uso revela cómo la palabra ha evolucionado para abarcar no solo la situación económica, sino también la apariencia personal.
– «Estas zapatillas son muy crotas»: En este ejemplo, nos referimos a zapatillas viejas o en mal estado.
Raíces históricas y económicas
Más allá de su aparente simplicidad, «croto» resuena como un término que encapsula la historia y la realidad económica y social de Argentina.
Su evolución a lo largo del tiempo ilustra cómo el lenguaje no solo refleja, sino también influye en la sociedad y su percepción de las clases sociales.
Desde sus raíces históricas en el gobierno de Crotto hasta su aplicación contemporánea, «croto» se erige como un testamento lingüístico a la riqueza y complejidad de la cultura argentina.
Un breve y dulce relato escrito por Claudia Sarazola, titulado «La historia de la docente y el croto de Copetonas», describe un encuentro de una maestra con un viejito chiquitito, barba larga, en la recta que une la ruta 226 y Espigas, en el sudeste bonaerense.
Vivía bajo unas lonas, con un perro y un “mono”. En la zona lo conocían como el croto y fue el protagonista de una emotiva reinvindicación del significado de su condición social.
Fuente NA