Una de las tres competidoras de la comarca que se dieron cita en tierras santacruceñas para hacer frente al desafío de aguas frías, brindó detalles de cómo fue la experiencia.
Maru Haun no dudó en afirmar que “nunca sentimos frío, no sé si es la adrenalina, si es la maravilla de estar ahí. Por lo general nos pasa cada vez que competimos, pero no sentimos frío. Después quizás nos bajamos del auto en una estación de servicio y nos congelamos”.
Dando un panorama de lo que fueron esos días, contó que “por lo general a la noche nevaba en las montañas. Nosotros llegábamos a las 9 y la temperatura ambiente era de 1 y la sensación térmica era negativa. El sol salía tarde porque aparecía atrás de las montañas”.
Sumando que “las más chicas eran las primeras en meterse y sin sol, así que la verdad unas genias. Las máximas eran de 4 grados, pero es otro frío, es difícil de explicar”.
Del mismo modo resaltó que “teníamos toda una preparación y logística en el lugar que no te hace perder calor. Por eso era una oportunidad única de hacerlo ya que está prohibido meterse ahí, y si lo haces en otro lado de forma particular no tenes esa comodidad”.
Sobre las condiciones de la competencia acotó que “el agua en el primer día estaba en una temperatura de 4.6, pero para las últimas competencias, cuando hubo desprendimientos cayó a 1.6. Se notaba en el cuerpo esa diferencia y el agua un poco más pesada”.
Anabella Corbetto en el podio con la bandera de Tornquist en el mundial de aguas heladas.
A su vez detalló que “participamos en 50 pecho, 50 croll, 200 de crol, 500 de crol, 25 de pecho y 25 de mariposa. Anabella sacó podio en los 200 de crol, también hizo mariposa, y Adriana también más o menos en las mismas competencias. Teníamos que anotarnos en mínimo 6 competencias”.
Por último y con tono de resignación sostuvo que “nos quedó pendiente la de mil que se suspendió y era por la que íbamos. Se suspendió por un tema de seguridad así que nos quedamos con las ganas”.
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