Nota de opinión de Luis Gotte
1. Resumen
La silenciosa revolución de la inteligencia artificial (IA) y un nuevo modelo de organización comunal en la provincia de Buenos Ayres están llamados a redefinir el poder, no solo en la región, sino en toda Argentina. Al combinar las capacidades humanas con las tecnologías emergentes, la IA se convertirá en un catalizador de profundas reformas institucionales que impactarán tanto a nivel local como regional, con el objetivo de mejorar significativamente la calidad de vida de los bonaerenses.
2. Introducción
El régimen municipal bonaerense ha estado históricamente subordinado al poder provincial, operando bajo un esquema centralista (unitario) que ha restringido su autonomía. Sin embargo, el S.XXI, impulsado por la irrupción de la IA y la transformación digital, exige una reforma estructural que otorgue a los municipios plena autonomía dentro de un marco regional que respete los principios del federalismo. Esta revolución tecnológica, junto con el resurgimiento del municipalismo y una nueva perspectiva glocalista -que conecta lo local con lo global- demandará, de manera inevitable, una redefinición del paradigma político tanto provincial como nacional.
3. La revolución silenciosa
La revolución que integra al municipio con la IA debe seguir un esquema en cuatro etapas fundamentales para beneficiar de manera efectiva al pueblo de la provincia de Buenos Ayres. Estas etapas incluyen una fase doctrinaria, donde se definen las ideas y principios estratégicos; una etapa de toma de poder, en la que los municipios asumen un papel central en la adopción de la IA; una fase dogmática, que establece los marcos normativos y éticos para su uso; y finalmente, la fase institucional, que asegura la consolidación de estos avances dentro de las estructuras gubernamentales.
Más allá de implementar nuevas herramientas, esta revolución exige un rediseño integral de la relación entre el municipio y su comunidad. Este proceso debe contar con un enfoque de conjunto, que garantice que las transformaciones tecnológicas no amplíen desigualdades, sino que permitan a todos los sectores de la comunidad accedan a un buen vivir. Así, la IA puede convertirse en un motor de desarrollo sostenible y equitativo, promoviendo una visión “glocal”: pensar globalmente y actuar localmente para crear un impacto positivo.
* 3.1 La Etapa Doctrinaria: la revolución IA y la autonomía municipal
Toda revolución comienza con ideas transformadoras. En la provincia de Buenos Ayres, el régimen municipal ha estado restringido por una estructura normativa que lo subordina al gobierno provincial, limitando su capacidad de acción (Dto. militar 6769/58). La doctrina federal, sin embargo, promueve el fortalecimiento de las entidades locales, basándose en el principio de subsidiariedad, que postula que las decisiones deben tomarse lo más cerca posible de los vecinos. Este enfoque está vinculado a una «mirada localista» que destaca la necesidad de abordar las problemáticas locales desde el poder municipal para encontrar soluciones efectivas.
La revolución de la IA ofrece una oportunidad única para los municipios. Mediante la adopción de tecnologías avanzadas, los gobiernos locales pueden optimizar la gestión pública, mejorar la calidad de los servicios y reforzar la toma de decisiones basada en datos precisos. Los municipios bonaerenses deben asimilar esta nueva “doctrina tecnológica”, reconociendo que la IA no es solo una herramienta técnica, sino un factor clave para reconfigurar las relaciones de poder, allanando el camino hacia una autonomía más efectiva y plena.
* 3.2. Etapa de toma del poder: la implementación de la IA y la reforma municipal
La implementación de la IA ofrece una oportunidad única para transformar radicalmente la administración pública local en Buenos Ayres. En esta etapa de toma del poder, los municipios deben adoptar estas tecnologías para consolidar su autonomía frente al poder provincial, logrando no solo una modernización técnica, sino también una renovación política. Con el respaldo de la IA, entendida como proveedora de datos, los gobiernos municipales pueden mejorar la eficiencia en la provisión de servicios, la gestión de recursos y fomentar una participación vecinal más activa y efectiva.
Sin embargo, esta revolución tecnológica debe acompañarse de una reforma federal profunda que reequilibre el poder entre la nación, las provincias y los municipios. Históricamente, el gobierno argentino ha sido fuertemente centralista, con una concentración de poder en el nivel nacional. Restablecer el federalismo exige no solo otorgar mayor autonomía a las provincias, sino también a los municipios, que son el primer eslabón de contacto con los vecinos. A su vez, los municipios deben adoptar una «mirada glocalista», integrándose a redes internacionales para aprovechar tecnologías y recursos globales, asumiendo un rol más destacado en el escenario global, sin perder de vista sus identidades locales ni su vínculo con la comunidad.
* 3.3. Etapa Dogmática: normas y estructuras para el nuevo municipio autónomo
A medida que los municipios adoptan tecnologías avanzadas y asumen nuevas responsabilidades, es crucial establecer un marco normativo y ético que regule el uso de la IA, garantizando transparencia, equidad y sostenibilidad. Este nuevo conjunto de reglas debe definir claramente los límites de la autonomía municipal para consolidar los avances logrados y evitar que el poder se concentre o que las herramientas tecnológicas se utilicen de manera indebida. Además, las leyes provinciales y nacionales deben reconocer formalmente la autonomía de los municipios, otorgándoles competencias más amplias en áreas clave como urbanismo, seguridad y medio ambiente.
Es fundamental que esta etapa dogmática incorpore un enfoque regionalista, donde los municipios cooperen en bloques regionales para optimizar recursos y maximizar los beneficios de las redes globales. Este enfoque permitirá una mayor descentralización del poder, redefiniendo la relación entre los municipios y la provincia dentro de un esquema cooperativo, sin comprometer el progreso tecnológico ni la capacidad de respuesta local.
* 3.4. Etapa Institucional: la nueva estructura del poder local
La fase final de esta revolución es la institucionalización de los cambios, lo que en el sistema municipal bonaerense implica consolidar la plena autonomía en las estructuras normativas provinciales y regularizar el uso de la IA como herramienta clave de gestión pública. Los municipios que logren integrar su autonomía en un esquema federal equilibrado estarán mejor preparados para afrontar los retos del S.XXI, tanto en el ámbito local como global.
La mirada glocalista es esencial en esta institucionalización, ya que permite a los municipios conciliar los desafíos locales con las oportunidades globales. Aprovechando la tecnología, deben conectarse con redes internacionales y cooperar entre sí dentro de un enfoque regionalista, fortaleciendo su posición frente al poder provincial y central. Esto creará un nuevo equilibrio de poder en la estructura federal argentina, adaptado a las demandas contemporáneas.
4. Conclusión
Esta revolución de la IA junto al nuevo Estado Municipal bonaerense ofrecerá una oportunidad única para transformar el panorama político y administrativo de la provincia. Este proceso no solo modernizará la gestión pública, sino que también abre la puerta a una reconfiguración del poder que otorga a los municipios la autonomía necesaria para enfrentar los desafíos del S. XXI. Las cuatro etapas fundamentales -doctrinaria, de toma del poder, dogmática e institucional- establecen un marco claro para la implementación efectiva de la IA, permitiendo que los municipios bonaerenses conecten sus necesidades locales con oportunidades globales y cooperen en bloques regionales.
Adoptar un enfoque glocalista fortalecerá a los gobiernos locales, optimizando el uso de tecnologías emergentes y promoviendo una mayor equidad y sostenibilidad en el desarrollo local. Al abrazar esta transformación, la provincia de Buenos Ayres no solo avanzará hacia una modernización tecnológica, sino que también sentará las bases para un mejor vivir de los bonaerenses, permitiendo que el poder local contribuya significativamente al desarrollo regional y nacional.
Luis Gotte
la trinchera bonaerense