Jorge Obes, titular del espacio para los más chicos, recordó lo transitado hasta acá y el momento que están viviendo actualmente.
Este 17 de septiembre se cumplen ya 15 años de que la calesita de Sierra de la Ventana cambió de dueños.
Rememorando todo este camino y lo que se viene para el futuro, su propietario, Jorge Obes, hizo un repaso, comenzando por reconoces que para que la actividad funcione “nos tiene que acompañar el tiempo, hay que mantener el espacio, pintar, limpiar… uno tiene que estar encima. Hay 180 calesitas en todo el país y nosotros tenemos una”.
Del mismo modo admitió que “no sé cuántas pudo haber, pero sí que comenzaron a llegar en 1880, eran nómades y traídas por los turcos. Recién cuando empezaron a quedarse y formar familia fueron quedando fijas en las plazas”.
Llevando el marco histórico al pago chico confirmó que “por lo que tengo entendido acá en Sierra hubo tres; una de los Reyes, otra frente a la escuela y luego esta que tengo yo ahora. Esto es siempre ponerle ganas, tenés que estar y brindar bien el servicio. Tenemos un libro de visitas para los que tienen ganas de escribir”.
De igual forma reconoció que “a veces no es rentable, porque a veces no hay gente. Vos tenés un costo fijo y tenes que abrir. Lo más rentable, si te acompaña el tiempo, es temporada, reyes, carnavales. Cambió mucho el turismo, antes era muy marcado enero, pero ahora se ha repartido mucho en el resto del año”.
Sumando que “hay momentos que te da bronca porque le pones empeño y no devuelve lo que queremos, pero la adquirimos como turismo, porque no había otra cosa para los chicos. Nos íbamos a quedar sin calesita. El anterior dueño cayó un día a casa con el boleto de compra y venta y me la vendió. La idea es que siempre se quede en Sierra”.
Por último, explicó que “acá además tenemos camas elásticas, un castillo de Bob Esponja, un trencito y la nave. Pero por lo que más pasan es por la calesita. A los más chicos, por no llegar a la sortija, le damos un chupetín sin tacc”.