El sacerdote, quien tiene su familia radicada en Punta Alta, se mostró feliz de poder estar en la comarca.
Un dato no menor es que en los últimos días Sierra y Saldungaray volvieron a tener cura tras una década de ausencia.
El padre Fabián Tula, cuya familia vive en Punta Alta, se hizo cargo de la capilla y ya puso manos a la obra.
Al respecto aseguró que se encuentra “compartiendo la vida con las chicas de la capilla. Es un pueblo con una hermosa historia, y muy parecido a la situación de Punta Alta, donde hay gente de todos lados y se va haciendo familia”.
Haciendo un poco de historia reconoció que “mi familia es de Buenos Aires, y la fe es un punto de unión. En Punta Alta íbamos a la parroquia San Pablo, de chico comunión, confirmación y ahí pensé que no iba a ir más. Pero llegó un sacerdote nuevo, y armó un colectivo para ir de vacaciones a Bariloche”.
Margarita Marto y Fabián Tula en FM Reflejos
Continuando con su relato admitió que “al principio dije que no porque íbamos a estar rezando todo el día, pero al final me enganché con un grupo de amigos y nos encontramos con gente de todo el país y otra manera de vivir la fe a lo clásico que se ve en las iglesias”.
Fue así como “cuando llegó el momento de elegir algo que hacer, me di cuenta que no había una carrera que me gustara y al mismo tiempo le dedicaba cada vez más a las acciones de la parroquia. Ahí empezó a surgir la vocación”.
De todas formas “llegué a inscribirme a la UNS en filosofía, pero el corazón me llevó para otro lado y la familia siempre me acompañó. Entré al seminario en Mercedes con todas las dudas, y si bien pensaba que no iba a aguantar, me di cuenta que era mi vocación”.
Por último admitió que “pasaron 10 años que la comarca no tenía sacerdote. Estamos acomodando la casa parroquial porque se vino un poco abajo. Se hará un cambio de techo porque se llueve mucho. Estoy viviendo en Sierra en la Casita de Dios hasta que se arregle la de Saldungaray”.