Por Julieta Braun
¿Qué se siente cuando hacés lo que te gusta?
Alegría, desesperación, tranquilidad, plenitud, vértigo, entusiasmo. ADRENALINA. De todo, mucho. Y más.El II Festival de Teatro Tornquist se vivió el pasado viernes 13, sábado 14 y domingo 15 de octubre. Cielo despejado, verde, mucho verde. Y sierras y sol. Y noches estrelladas. Y Teatro. Hermoso teatro que te hacés presente, sos comunión. Tornquist, arte y naturaleza. Teatro. Amor.
El Viernes 13 compartimos durante 4 horas, en el Funke, el Seminario de introducción a la dramaturgia “Cómo hacer cosas con palabras” a cargo de Cristian Palacios. Entre tantas otras, Cristian es dramaturgo, actor, director de teatro, escritor e investigador en las áreas de análisis del discurso, la semiótica, la lingüística y los estudios del teatro y el arte en general. Doctor en Letras de la Universidad de Buenos Aires, se desempeña además como gestor cultural y dirige el Festival Internacional de Teatro PIROLOGÍAS. Maravilloso escucharlo, compartir, conversar, preguntar. Todos los presentes tomaban nota no solo de los contenidos por los que nos hizo viajar sino de las recomendaciones de lecturas, películas, series. Una jornada inspiradora, de esas que te dejan con el cuerpo y la mente inquieta, con ganas de hacer.
El Sábado 14 recibimos en la Plaza Salerno de Villa Ventana a Pipa y Fermín. Mucho juego. Humor para toda la familia. Malabares, ula ula, equilibrio, monociclo. El Show de Pipa y Fermín captó la atención de todos: desde niños de 2 años hasta niños de 84. Sí, niños de 84. Pasando por jóvenes de 37 y 49. Todos chochos.
El Domingo 15 nos salimos de la vaina. Dos espectáculos che.
En el Centro Cultural de Sierra de la Ventana pudimos ver “La maldición de los gobernadores bonaerenses”, una obra de la Comedia de la Provincia de Buenos Aires perteneciente al Ciclo Teatro, Historia y Mitos. La dramaturgia y la dirección a cargo de Fabio Prado. Las actuaciones de Ana María Haramboure, Valentina Pizarro, Federico Aimetta y Roberto Aceto.
Fabio, a través de sus textos, tiene la capacidad de hacer entrar al espectador en un clima oscuro y, desvanecerlo y volverlo gracioso o aliviador unas líneas después.
El personaje de Ana María dejó ver la cadencia de bruja buena y hasta frágil de apariencia y, poderosa e irreversible desde el alma hasta los ojos. Valentina, con su voz cual subibaja, pasaba de temblorosa a potente, tan potente que resonaba en cada uno de los presentes. Mostró su transformación, sabía quién era y lo llevó a cabo con su intuición desordenada pero innata y certera. El personaje de Federico, Don Julio, qué tipo ese, manifestó su ambición. La variación del cuerpo erguido y expectante a ultrajado. De omnipotente a aturdido. El Indio encarnado por Roberto hablaba por los poros. Su presencia, la intensidad de su mirada y la precisión de su cuerpo en acción.
Vecinos y turistas se entregaron a la propuesta, viajaron en el tiempo. Si no la viste, ojalá puedas encontrarla en la cartelera de algún teatro.
El Cierre del Festival lo vivimos a la medianoche en Kupinski, usina de arte. El espectáculo estuvo a cargo de Patricia “la tana” Galassi “Poesía sonora: el cuerpo suena emociones”. Y si que sonaba, una variedad inmensa de sonidos nos llevó por infinitos mundos. La tana juega a fondo, nada de medias tintas. Atrevida. Despojada. Este recital de poesía denuncia, entre otras acusaciones, al machismo, a la sociedad ciega o cómplice del maltrato, del abuso a la mujer. Y los sonidos y el cuerpo hablan, cuentan la historia, aturden y sanan.
Gracias a todos los que compartieron este Segundo Festival de Teatro Tornquist. Ya estamos soñando el Festival del próximo año. Tornquist, arte y naturaleza. Teatro. Amor.