Por 29° año consecutivo, Melchor, Gaspar y Baltasar arribaron en lancha a la playa del Club De Pesca de Tornquist para dejar su brillo y alegría.
Despúes de una semana de calor muy intenso, el fin de semana se presentó más fresco, con un sábado de cielo cubierto y ventoso, pero en la villa turística del Club de Pesca de Tornquist el clima fue otro, porque el lugar queda prevenido de vientos, gracias a su abundante arboleda y una ubicación privilegiada a orillas de la Laguna de las Encadenadas.
La familia lagunera no faltó y se sumaron muchos turistas que llenaron la villa de movimiento, chicos que transitaban sus calles, caminando, en bici o con sus cañas en busca de la pesca, o simplemente disfrutando de la tranquilidad del lugar.
La comisión del Club organizó una nueva edición de la llegada de los reyes, con juegos en la playa desde la tarde, Zumba Kids y para cuando la noche cubriera el cielo, la esperada llegada de los Magos de Oriente.
Decíamos que la tarde estaba agradable, entonces la propuesta de alegrar la playa con danzas estuvo por demás acertada, y fue Mariel LLanos quien tuvo a su cargo poner el ritmo que atrajo a decenas de chicos de todas las edades con Zumba Kids, y lo continuó con danzas para los más grandes.
El son se hizo presente sobre el final del día poniendo un atardecer pintado en la villa. Cuando la noche ya había marcado su intensa presencia, la expectativa de los chicos y todas las familias que llegaron al lugar iba creciendo, hasta que pasadas las 21:30, la voz de Miguel Herrada desde el sonido comenzó a poner el toque de alerta para que la atención de todos estuviese en su máxima expresión, los Reyes Magos ya comenzaban a acercarse a la Laguna.
El recibimiento con un espectáculo de fuegos artificiales abrió la inmensa puerta de la imaginación de los chicos, que aplaudieron y saltaban en la playa con el colorido y los estruendos de los fuegos y sabían que el momento del encuentro con los Reyes se acercaba.
Miguel lograba comunicarse con la embarcación que traería a los Magos a la playa y de pronto las linternas de color rojo, amarillo y verde se vieron con reflejos en el manso espejo de una laguna planchada.
Poco a poco se fueron acercando, desembarcaron con sus bolsas llenas de juguetes y alegrías para que cada niño se lleve los mejores recuerdos de su infancia en la laguna.
Los flashes de cámaras y teléfonos no se apagaron fácilmente: por varios minutos padres, madres, abuelos disfrutaron de su llegada y capturaron momentos inolvidables de una noche mágica.
Los Reyes se despidieron hasta el año que viene, subieron a la lancha y desaparecieron en la oscuridad, prometiendo volver el año próximo con más alegrías para todos. Será la Fiesta N° 30 la que tendrán los Reyes Magos en enero del 2019 y el Club de Pesca ya está pensando en una gran noche con la fiesta más merecida para recibirlos.
Mas FOTOS: