Ver y entender lo que realmente importa no parece ser fácil en estos días en que la grieta fogoneada por intereses cada vez más visibles, aunque no para todos todavía, se agranda y profundiza.
Sin embargo, yo sigo creyendo que hay un valor en expresar lo que uno piensa así sólo sea para no sentir remordimientos por haber callado cuando ya sea demasiado tarde para lágrimas.
Me niego a aceptar en silencio que la patria que nos ha sido legada libre aquel 25 de Mayo de 1810 cuando comenzó a contarse la historia del por qué el pueblo determinó su opción, vuelva a ser colonia.
Lo pienso así desde siempre porque lo heredé de mis mayores y me sobran las razones para no mudar este sentir: ¡Patria si… colonia no!
Patria sí, porque la patria no se hizo en un día, ni fue de hoy para mañana. Nació del martirio de Tupac Amaru, de la convicción de los comuneros, de la resistencia a la invasión en el empedrado del centro, del valor y la fuerza del soldado en el combate.
Patria si porque en la patria el coraje es fuego, es flecha, es puño en alto.
Colonia no, porque es en la patria donde resiste obstinado el pueblo para que no tengan lugar las políticas de saqueo, de retroceso de los derechos, ni las que desmantelan la estructura productiva del país, ni las que desguazan el estado,
Patria sí… porque es en la patria donde los hombres caminan libres, trabajan, construyen los sueños que sueñan y encienden la llama para ser los héroes que mojan el surco con su sudor y sus lágrimas.
Colonia no… porque si hay patria no se reprime la protesta, no se encarcela a los opositores, no se vacían las fábricas, no se aumentan la desocupación, el hambre, la exclusión social; no se transfieren las rentas públicas a manos de los privados llenando los bolsillos de los ricos y vaciando los bolsillos de los pobres, convirtiendo la necesidad en mano de obra barata, flexible y desechable
Patria sí, porque la sangre derramada testimonia que los hombres que la soñaron estuvieron vivos, que anduvieron los caminos hechos para volver, que fueron tiempo, palabra, escuela, pampa pura, luna y galope, acción desordenada de horas de alumbramiento colectivo.
Colonia no, porque el acatamiento a los mandatos de los imperios hace crecer la deuda externa, profundiza la recesión económica y somete al pueblo bajo el yugo que lo sacrifica en el altar de la codicia del mercado.
Patria sí, para trabajar, para celebrar el pan en la mesa, para aprender los números y las letras, para dormir abrigados por la dignidad de un techo, para que ninguna tiranía decida en nuestro nombre.
Patria sí… porque si hay patria la historia no se detiene; porque andando el tiempo vamos construyendo la conciencia solidaria, sosteniendo el derecho a la cultura, la educación, la salud , la justicia y encontrando en el mandato de la nación el camino de nuestra trascendencia.
Patria sí… la que germinó al amparo de las banderas de entonces y patria hoy porque es el tiempo que puede ser mañana, porque es la gran estrella que antes de la salida del sol ilumina en el cielo, sobre la tierra, el camino de los hombres construidos en la diversidad, en los distintos modos de pensar, avanzando hacia la síntesis superior de un proyecto popular, inclusivo, democrático.
Patria sí… por los trabajadores, los estudiantes, los científicos, por Malvinas, por la memoria, la verdad y la justicia, por la libertad, la soberanía y la independencia.
Me sobran por las que no quiero al FMI, como otras veces en la historia de la patria, sometiendo a nuestro pueblo a los ajustes que sólo le traerán más hambre y desesperación.
¡Patria si… colonia no! y de nosotros depende que la elección sea la adecuada para el mejor vivir de todos.
Norma Fernández – vecina de Sierra de la Ventana