Las zonas de Tres Arroyos, Tornquist y Tandil son las más aptas para vivir en la provincia de Buenos Aires, según un estudio realizado por el Conicet. También tienen buen puntaje Saavedra, Puan, Guaminí, Trenque Lauquen, y los centros de Mar del Plata y La Plata.
«Para definir qué tan bien vive la gente que reside en un área determinada tomamos dos grandes grupos de indicadores: los socioeconómicos y los ambientales», explicó el líder del proyecto de investigación Guillermo Velázquez.
En esta línea, detalló: «En relación a los primeros tenemos en cuenta datos vinculados con dimensiones como la educación, la salud o la vivienda».
En tanto, «en cuanto a los denominados ambientales, por un lado, atendemos a los clásicos problemas que pueden tener impacto negativo sobre el bienestar de los residentes (inundabilidad, sismicidad, asentamientos precarios o contaminación) y, por otro, lo que llamamos «recursos recreativos» (que pueden ser «de base natural», como las playas, relieves, balnearios o espacios verdes, o «socialmente construidos», es decir, teatros, centros deportivos u otras actividades de esparcimiento) como algo que favorece una mejor calidad de vida».
Tomando como referencia estas características, el equipo de Velázquez junto a un grupo de informáticos que lidera Alejandro Zunino desarrolló un mapa interactivo de todo el país dividido en 52 mil radios censales. En la medición se colorea entre el verde (positivo) y el rojo (negativo) a las regiones según su calidad de vida. En lo que respecta a la provincia de Buenos Aires la mayor parte de su territorio está en tonalidades amarillas y naranjas. O sea, en posiciones intermedias.
Por su parte, se destacan con gran parte de sus territorios en verde Tornquist, Tres Arroyos y Tandil. Seguidos por distritos como Saavedra, Puan, Guaminí, Trenque Lauquen, Rauch y Azul. También muestran buenos niveles los centros de Mar del Plata, La Plata y Bahía Blanca, aunque en sus partes periféricas tienen zonas en rojo.
Por otro lado, aparecen como lugares más complicados para vivir muchas zonas del conurbano y del Gran La Plata, Cañuelas y, en el corredor de la ruta 7, Carmen de Areco y los alrededores de Junín y de General Pinto. En zonas rurales, tampoco sacaron buen puntaje Pila, General Lavalle y Madariaga.
«El desarrollo de este software significó para nosotros un enorme desafío desde el punto de vista informático, dado que implica que en tiempo real se transfieran, a través de la red, una cantidad de datos y se permita, a su vez, un número y un tipo de operaciones (con alto grado de precisión y detalle) poco frecuentes en aplicaciones de mapeo por internet», explica Zunino.
Una medición compleja
Actualmente, la ecuación que utilizan los investigadores para calcular el índice de calidad de vida (ICV) en diferentes puntos del país atribuye un 60% del peso a los diversos componentes socioeconómicos y un 40% a los ambientales. No obstante, la importancia otorgada a los datos ambientales ha crecido (antes pesaban sólo un 20%) en virtud de la mayor y mejor disponibilidad de información y el mayor reconocimiento social de su valor respecto del bienestar de la población.
«La calidad de vida es un concepto relacionado con el bienestar de las personas. En ese sentido, depende de ciertas bases materiales, pero está lejos de reducirse a ellas. Si la calidad de vida se redujera meramente al consumo o a algunos indicadores socioeconómicos básicos, sería mucho más sencillo estimarla, pero sabemos que se trata de un fenómeno más complejo en el que también entran en juego variables de otro tipo, que tienen que ver con la escala de valores de la sociedad y las expectativas de progreso histórico», explicó Velázquez.
Vista de Tandil
Los primeros trabajos realizados por el equipo de Conicet tomaban como unidad geográfica mínima, para hacer el cálculo del ICV, a los departamentos provinciales. Es decir, cada una de las 525 unidades territoriales de segundo orden (el primero son las 23 provincias junto con la Capital Federal) en las que se reparte la Argentina, que incluyen las quince comunas de la Ciudad de Buenos Aires y los 135 partidos de la provincia homónima.
«Para cada una de estas 525 unidades nosotros calculamos no sólo un número específico que indica la calidad de vida, sino que también hicimos mapas para cada uno de los componentes, socioeconómicos o ambientales, que forman parte del cálculo total», cuenta Velázquez.
Sin embargo, de manera reciente, los investigadores afinaron la escala a nivel de los 52.408 radios censales en los que se divide la Argentina.
En cada uno de estos viven aproximadamente unas mil personas y sus superficies varían mucho según la densidad demográfica. Esto, claro está, agrega matices a sectores del mapa que antes se presentaban homogéneos. (DIB) MT
Fuente La Voz del Pueblo