Esta reforma del impuesto a las ganancias establece un nuevo piso de $48.000 para casados con hijos. O sea, los trabajadores que ganen $48.000 o menos al mes no pagarán ni un peso de este impuesto. Los jubilados no pagarán más el impuesto a las ganancias, sólo aquellos que cobran jubilaciones de privilegio con más de $60.000 por mes.
Esta ley beneficia a trabajadores en relación de dependencia, monotributistas, autónomos y jubilados. Dejarán de pagar el impuesto a las ganancias 3,1 millones de monotributistas, 3 millones de trabajadores, 500.000 autónomos y 400.000 jubilados.
Nunca más un argentino tendrá que pedir al gobierno de turno la actualización del impuesto. Con esta ley se establece una actualización automática.
La medida no tiene costo fiscal para el gobierno. Quienes más tienen, deberán pagar más impuestos. Esta reforma establece impuestos a las mineras, al juego y a la timba financiera.
Con esta medida se vuelcan 80 millones de pesos al consumo. Es decir, un punto del PBI vuelve al mercado interno. Esto es sumamente importante porque contribuye con la reactivación de las pymes y la economía en general, que actualmente se encuentra estancada.
Con el mismo énfasis con que el gobierno defiende a los empresarios, nosotros queremos defender al laburante.
Es importante actuar cuanto antes. En enero de 2016, un millón de trabajadores pagaban el impuesto a las ganancias. Hoy, lo pagan 2 millones. Si no aprobamos esta ley, serán 3 millones de trabajadores quienes tengan que pagar el impuesto.
Esta medida deduce del impuesto a quienes habitan en el Sur del país, a quienes tienen hijos discapacitados, a quienes alquilan su vivienda o tienen créditos hipotecarios que pagar y a quienes tienen empleadas domésticas regularizadas.
Prensa FR.
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