Nota de (DIB) Marcelo Metayer – La localidad nació en 1883 como una colonia agrícola de inmigrantes suizos, alemanes y austríacos, y creció hasta ser un foco de turismo que atrae visitantes de todo el país. La plaza Ernesto Tornquist; a la izquierda se aprecia la torre de la Municipalidad, obra de Francisco Salamone. (Foto: Alfredo Fushimi)
En el otoño de 1883, cuando ya tocaba a su fin la Campaña al Desierto, llegaron los primeros colonos a las orillas del río Sauce Chico, al sur de la provincia de Buenos Aires, en cercanías del Fuerte Argentino. Eran inmigrantes venidos de la Europa del centro y del este dispuestos a aportar su granito de arena para cambiar la faz de la República. Entre ellos se destacaba el emprendedor Ernesto Tornquist, que fundó una colonia agrícola el 17 de abril de aquel año. Esa colonia creció y se convirtió en una hermosa localidad que lleva el nombre de su creador: Tornquist.
El fundador creó la colonia con vecinos suizos, rusoalemanes, alemanes y austriacos, y abrió el primer almacén comercial de ramos generales. Pero no sería hasta mayo de 1884, cuando arribó el primer tren, que la colonia tomaría real impulso en su desarrollo. En coincidencia con la época de la inmigración masiva, comenzaron a llegar al pueblo también españoles e italianos.
Mientras tanto, el 15 de septiembre de 1905 se creaba el partido de Las Sierras, tomando territorio de Bahía Blanca, Puán, Villarino y Saavedra El 4 de noviembre de 1910 cambió su nombre por el de Tornquist, como se llamaba ya la cabecera del partido.
A partir de la creación del partido comenzaron las grandes obras. La primera fue la iglesia Santa Rosa de Lima, de estilo neogótico, construida en piedra y bendecida en 1907. Allí se encuentran los restos del fundador y de su esposa. Los más importantes centros culturales y sociales comenzaron a aparecer en los años ‘20, como las sociedades italiana y alemana, además del Teatro Rodolfo Funke, de 1921.
La presencia de Salamone
El Palacio Municipal fue realizado por Francisco Salamone en 1938 en su clásico estilo art decó, aunque no es la única obra del ingeniero en la zona: en la misma ciudad llevó a cabo el matadero y la plaza; en Saldungaray se hizo cargo del increíble portal del cementerio, junto a la delegación municipal, el matadero y el mercado; y en Tres Picos construyó la delegación municipal. Otra de las tempranas obras fue la electrificación del pueblo a través de una usina puesta en funcionamiento en 1923.
Por esa época también se creó un lago artificial en medio de la plaza principal Ernesto Tornquist para embellecerla. Diseñada por el arquitecto y paisajista Carlos Thays, hoy está poblada por patos, gansos, garzas y cisnes. Otros lugares destacados de la ciudad son el Recreo Parque Norte. que tiene un embalse de 7.000 metros cuadrados, en las márgenes del arroyo Sauce Chico; el Monumento Histórico Nacional Fuerte Argentino; y la Estancia Chica, a 15 kilómetros de la ciudad, de estilo normando con un parque diseñado por Carlos Thays en 1906.
Economía y turismo
Hoy en día, Tornquist es el centro de un pujante partido con una actividad económica centrada en tres áreas: agricultura (trigo, cebada, maíz, girasol, avena y sorgo en unas 185.000 hectáreas cultivadas, casi la mitad de su extensión), ganadería (se crían vacunos Aberdeen Angus, Hereford y Shorthorn, además de ovinos, porcinos y caprinos), y el turismo. Este último rubro, en rigor, es lo que más hace conocida a la localidad y sus alrededores. Con parte del Sistema de Ventania en su territorio, se ha creado la llamada Comarca Turística de Sierra de la Ventana. Allí hay actividades ecoturísticas, como cabalgatas, pesca con mosca y avistaje de fauna exótica También está el Parque Provincial Ernesto Tornquist, con 4.876 hectáreas protegidas, y donde se encuentra el cerro Ventana, declarado monumento natural.
El Parque Provincial Ernesto Tornquist cuenta con 4.876 hectáreas protegidas.
En tanto, a tres kilómetros de la ciudad de Tornquist, contra las sierras, se encuentra la monumental cruz del Calvario, en la cima de un cerro. Es el final de un largo Vía Crucis, que suele llenarse de peregrinos durante Semana Santa. Otra fecha que atrae muchísimos visitantes es el 30 de agosto, cuando se celebran las Fiestas Patronales, el día de Santa Rosa de Lima.
Tornquist es, verdaderamente, una joya entre montañas, donde todo está por descubrirse. (DIB) Marcelo Metayer