Andrés Tórtola, director de las películas «Las minas del rey Salamone» y «Salamone superstar» explica en ésta entrevista – realizada por la Radio 1050 «Uruguay» – los orígenes del famoso ingeniero Italiano, hace una leve recorrida por todas sus obras realizadas en nuestro país y cuenta detalles de la filmación de sus dos documentales.
Sobre el comienzo de la nota, Andrés se dedicó a presentar a Salamone y sus obras y también contó cómo conoció su trabajo: «Lo descubrí en el 2008 a través de su obra y decidí emprender un viaje para filmar un documental. A partir del viaje y de las sorpresas que fui descubriendo, me di cuenta que era un tema bastante amplio. Entre 1936 y 1940 realiza aproximadamente 80 edificaciones públicas, entre ellas plazas, palacios municipales, cementerios, etc.».
Cuando le preguntaron a Andrés qué fue lo que le impactó de este arquitecto, el director de cine respondió: «Es un poco el contraste que se produce entre lo impactante de sus obras en medio de la nada». Muchas de las obras de Salamone, como por ejemplo el cementerio de Laprida, está en el medio de una llanura, «parece de otro planeta» expresó.
Salamone llega a la Argentina a los 7 años desde Italia (Sicilia). De chico, vive en la ciudad de Buenos Aires, estudia en la escuela técnica «Otto Krause» y realiza sus estudios universitarios en La Plata y Córdoba. Se recibe primero de Ingeniero Arquitecto (especialidad que ahora ha desaparecido) y luego, de Ingeniero Civil. Él comienza haciendo obras de pavimentación en Córdoba y otras obras públicas, y después, a partir de 1936, viaja a Buenos Aires para agarrar todas las propuestas de obras públicas en la provincia. Es aquí donde realiza todos sus trabajos tan reconocidos hoy en día.
En la nota, Tórtola explica que la razón del nombre de su documental: «Le puse ‘las minas del rey salamone’ jugando con el nombre del famoso libro ‘las minas del rey salomón’ y con el apellido de Francisco. Además, para mi, emprender el viaje era ir en busca del tesoro. Tuve que ir preguntando en los pueblos y ciudades del interior para conseguir toda la información que quería compartir en mis filmaciones».
Entre las dos películas filmadas por el director Andrés Tórtola pasaron muchos años. «Para la primera película hice un recorrido de todos los cementerios realizados por Salamone. Después, descubrí Córdoba y quise filmar las obras de allá y además, faltaban un montón de obras en la provincia de Buenos Aires que eran muy interesantes y yo quería recorrerlas, no sólo mostrarlas. Me parece que lo interesante del documental es salir a experimentar y descubrir hasta sorprenderte».
En la entrevista también se le pidió que cuente una leyenda que relaciona a Salamone con los nazis desarrollada en una de sus películas. En el año 1938, se inaugura el palacio municipal de Tornquist, obra realizada por Francisco. Ese día, se realiza un desfile de las comunidades viviendo en el pueblo donde, en una de las filmaciones, se puede visualizar una bandera nazi. «Indagamos en el tema, y descubrimos que en realidad, el símbolo nazi pertenecía a la bandera de Alemania en ese entonces, pero realmente impacta. Se lo relacionó con su obra, pero en realidad él ni siquiera estaba en la inauguración». Pero, aún así, el director de cine mencionó que una de las cuestiones que llamó su atención fue que halló muchas lápidas escritas en alemán y en inglés en el cementerio de Saldungaray (también realizado por el mismo Ingeniero), y que ese fue el origen del mito.
Tórtola explica que lo religioso juega un papel bastante presente en los cementerios diseñados por el Ingeniero. «Sobre el cementerio de Laprida hay estudios que buscan la simbología de los elementos y figuras utilizadas, pero yo no sé si de verdad Salamone lo pensó realmente o si son lecturas que hace la gente».
Sobre el final de la nota, Andrés cuenta que siempre le sigue llegando material. «Me contacta mucha gente con obras que están apareciendo en distintas provincias, como Entre Ríos, por ejemplo». Esto da cuenta de lo mucho que trabajó el ingeniero durante años y, también, de la calidad de los trabajos que perduraron intactos. «Mi obra favorita es el cementerio de Laprida, por su emplazamiento en el medio de la nada y por la monumentalidad que tiene. Me remite a películas de ciencia ficción.» afirmó el director.
Audio de la nota: