Qué hacer con pañuelos descartables, guantes, barbijos, embalajes de alimentos en contacto con los contagiados y residuos generados en la limpieza de la habitación. El sistema “triple bolsa” y las recomendaciones de infectólogos y autoridades sanitarias
Si bien los hospitales y clínicas cuentan con personal capacitado para el manejo de residuos de pacientes con COVID-19, el mayor porcentaje de personas infectadas se recuperan en sus casas, por lo cual es necesario tomar precauciones para no contribuir a la diseminación del virus, afirman especialistas en infectología y autoridades sanitarias.
Los protocolos sanitarios vigentes por la pandemia indican que las personas con COVID-19 que tienen un cuadro asintomático o leve, pueden transitar la enfermedad y cumplir con los diez días de aislamiento correspondiente en su domicilio. En los casos leves a moderados, esos días se contabilizan desde el inicio de los síntomas; en los asintomáticos, desde la fecha del diagnóstico.
Los residuos generados por los pacientes mientras transitan la enfermedad -advierten los profesionales de la salud en base a lo observado para otros virus respiratorios- podrían suponer un riesgo de infección para las personas que entren en contacto directo con ellos. Por eso, surge la necesidad de adoptar un manejo especial para eliminar: pañuelos descartables, guantes, barbijos, pañales, apósitos, elementos descartables para baños en seco, embalajes de alimentos que hayan estado en contacto con el caso, restos de alimentos consumidos por el caso y residuos generados en la limpieza de la habitación de aislamiento, entre otros.
Por el cuidado de la salud de los otros
“Con el fin de descartar toda posibilidad de transmisión del virus, en los hogares donde hay pacientes que transitan la enfermedad recomendamos extremar los cuidados en la manipulación y el destino de los residuos que se generan”, dijo a Infobae la médica infectóloga Leda Guzzi, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
En diálogo con Infobae, el director nacional de Control de Enfermedades Transmisibles del Ministerio de Salud, Juan Manuel Castelli, hizo hincapié en “la importancia que tienen estos cuidados hacia la salud de quienes conviven o asisten al paciente y también de los trabajadores que recolectan los residuos domiciliarios”.
Desde que el nuevo coronavirus está en el planeta, las preguntas no cesan. Una de ellas es cuál es la posibilidad de contraer el virus a través si se tocan superficies o ropa. Dicen expertos de todo el mundo que es poco probable, pero no es imposible, por lo cual es conveniente tener todas las precauciones debidas para minimizar el riesgo.
“Pese a que al principio de la pandemia se le ha dado un lugar importante al ambiente como vehículo de transmisión del virus SARS-CoV-2, actualmente se ha relativizado su potencial contagio a través de superficies inanimadas, es decir objetos, superficies, bolsas, cartones, telas, que representan menos del 10% de las fuentes potenciales de transmisión”, explicó Guzzi. “De todos modos, es una vía posible de contagio que hay que eliminar por completo”, enfatizó la especialista que integra el equipo de comunicación sobre coronavirus de la SADI.
Paso a paso
Las guías de recomendaciones elaboradas por las áreas de Salud y Ambiente a nivel nacional, de la provincia de Buenos Aires y de CABA plantean al menos cuatro acciones claves ante la sospecha o confirmación un caso positivo de COVID-19 en el hogar: suspender la separación de residuos en el domicilio para evitar transportar el virus; minimizar la generación de residuos en la medida de los posible, por ejemplo, evitando el uso de materiales descartables; utilizar un sistema de triple bolsa para la recolección de los residuos generados por el paciente, y conservarlos durante al menos 72 horas en el hogar antes de sacarlos.
¿Por qué 72 horas? Dice la guía del Ministerio de Salud de la Nación que “la evidencia en relación a la viabilidad del SARS-CoV-2 en el ambiente es muy limitada, pero extrapolación de estudios con otros coronavirus permite inferir que, en la mayoría de las circunstancias, es probable que el riesgo por presencia del patógeno en superficie se reduzca significativamente después de 72 horas”.
En lugar de esperar esos tres días, Castelli apuntó una opción más práctica: “Antes de cerrar la bolsa, rociar los residuos con solución de hipoclorito de sodio, es decir lavandina, y agua (10 milímetros de lavandina en un litro de agua si la concentración del producto es de 50 gramos; si es de 25 gramos, son 20 ml en un litro de agua) preparada siempre en el momento de uso, porque después de 24 horas pierde efectividad”.
El primer paso: todos los residuos generados por el paciente deben disponerse en una bolsa colocada dentro de un cesto de uso exclusivo para este caso, con tapa y pedal para su apertura, ubicado en la habitación de aislamiento. Esta es la bolsa número 1. Podría considerarse innecesario, pero no están de más las advertencias de las guías acerca de que ninguno de estos desechos puede reciclarse.
Esta bolsa deberá llenarse sólo hasta sus tres cuartas partes, atarse con doble nudo y colocarse dentro de una segunda bolsa, a la cual hay que pegarle el rótulo “CUIDADO – NO ABRIR” y la fecha de cierre. En esta bolsa se colocan también los guantes, barbijos y otros elementos de limpieza que usó quien cuida a la persona afectada. Hay que asegurarse que quede bien cerrada y que nada de lo que contiene se salga.
Una vez cerrada la bolsa número 2, se incorpora a la bolsa número 3, la de residuos domiciliarios comunes del hogar, que se mantendrá fuera del alcance de niños y mascotas. Y se recomienda sacarla a la calle próximo al horario de la recolección para que permanezca el menor tiempo posible en la vía pública.
En el caso de los edificios, las guías recuerdan que el encargado o persona que retire el residuo del departamento debe estar provisto de guantes descartables, así como también deberá contar con un kit de limpieza en caso de ruptura de la bolsa.
En todas estas acciones de manipulación de los residuos es fundamental lavarse las manos inmediatamente después de concluir cada paso, con abundante agua y jabón durante al menos 40 o 60 segundos, o bien lavar o descartar los guantes que se hayan utilizado. También se deben limpiar los cestos de residuos con la solución de lavandina y agua preparada el mismo día.
Ropa, cubiertos y celulares
En cuanto al lavado de la ropa utilizada por el paciente, se aconseja evitar sacudir las prendas o transportarla en contacto con el cuerpo. La manera recomendada es colocarla en una bolsa correctamente cerrada hasta el momento del lavado, manipularla con guantes descartables o de látex (en este caso lavarlos bien) y lavarla en un programa de lavarropas que dure por lo menos 25 minutos. “Se puede lavar la ropa de contagiados y de no contagiados junta, porque tras el lavado con detergente para ropa no hay resistencia viral, el jabón inactiva al virus”, apuntó Gezzi.
Los cubiertos, vasos, platos y demás utensilios deben lavarse con agua caliente y jabón. Las superficies que se tocan con frecuencia (mesitas de luz, muebles del dormitorio, etc.), las superficies del baño y el inodoro deben limpiarse diariamente con lavandina diluida preparada el mismo día. En el caso de superficies que no sean aptas para la limpieza con soluciones de agua con detergentes o lavandina, como teléfonos celulares y teclados de computadoras, de ser aptos para limpieza con alcohol, utilizar solución alcohólica al 70%.
Fuente INFOBAE