El Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires advirtió hoy que el allanamiento realizado en la quinta «Los Abrojos» de Mauricio Macri, ordenado por el juez Juan Manuel Culotta, casualmente condiscípulo del colegio Cardenal Newman -como el expresidente- merece un análisis pormenorizado por varias razones, teniendo en cuenta la presentación y repercusión mediática que tuvo ese experimento de connotaciones circenses.
Primero y principal, recordemos que Colotta fue designado, en forma irregular, juez electoral durante la gestión de Cambiemos para ejercer el control político directo de las elecciones de aquel año.
Y, en segundo lugar, la denuncia contra Macri, por haber incumplido el aislamiento tras regresar de sus vacaciones europeas, no fue realizada por la Municipalidad de Malvinas Argentinas, conducida por el compañero Leonardo Nardini.
Por lo tanto, el motivo procesal difundido en las redes sociales y en los medios afines al macrismo es falso. Los peronistas no andamos con gorra y uniforme soplándole a la Justicia infracciones o delitos de nuestros oponentes, a quienes les damos pelea en la discusión de ideas y en las urnas.
Considerando el origen espurio de la medida del juez Culotta no nos caben dudas que estamos ante una nueva operación política-judicial de un autoallanamiento tendiente a desacreditar al peronismo para colocarlo en la vereda de la persecución y de la intolerancia. Nada más alejado de la realidad. Los perseguidos por la intolerancia antiperonista renovada durante los cuatro años de Macri han sido nuestros compañeros y compañeras, que debieron soportar el vejamen de la prisión preventiva justificada por la doctrina Irurzun. Y, fundamentalmente, nuestra compañera, Cristina Kirchner, sobre quien descargaron todo el odio oligárquico y mendaz a través de jueces y fiscales prevaricadores.
Lamentamos que la interna de la oposición comience a dirimirse mediante maniobras judiciales que buscan oxigenar el liderazgo decrépito de alguien que no se resigna a aceptar que otros dirigentes de su espacio sean más valorados que él.
La oposición debería aprender que los partidos seleccionan a sus candidatos y dirigentes con métodos democráticos. Sin embargo, recurre al montaje de un autoallanamiento al servicio de la posverdad, olvidando que “la mentira tiene las patas demasiado cortas y enseguida se le alcanza».
ADHIERE PJ DEL DISTRITO DE TORNQUIST