El astrónomo Argentino Julio Navarro que fuera nominado para el Premio Nobel de Física fue parte hoy, del micro «Tiempo Educativo» por FM Reflejos. El Lic. Claudio Masson presentó este invitado de lujo, orgullo para la ciencia y ejemplo de la educación pública de nuestro país.
De niño observaba las estrellas y soñaba con ser astrónomo. Pero llegó mucho más lejos. El santiagueño se dedicó a medir la velocidad de expansión del universo y cuantificar la «materia oscura», trabajo que le deparó numerosos reconocimientos. Ahora fue incluido en una lista de grandes candidatos a ganar un Premio Nobel.
«Soy un Astrónomo Santiagueño que vive ya hace 2 años en Canadá. Soy Profesor de La Universidad de Victoria. Estudié en la Universidad Nacional de Córdoba, me recibí de Licenciado y luego de Doctor. Hace 32 años que vivo en el exterior, estuve en Estados Unidos y también en Gran Bretaña, en Inglaterra sobre todo» se presentó Julio al comenzar la nota.
Al contarnos las razones por las cuales eligió estudiar Astronomía, comentó: «porque el cielo del Sur es incomparable, es inevitable enamorarse del cielo del Sur». En forma de anécdota contó que su madre no quería que estudie esa carrera, pero que cada vez que se le presenta una negación en su camino, a él más lo motiva.
«La frontera de la física teórica y experimental en este momento tiene que ver con qué es la naturaleza de esta materia oscura. Otra es la energía oscura, son cosas muy diferentes con roles diferentes en el universo pero que son los constituyentes fundamentales del universo ahora como lo conocemos» hizo referencia el Astrónomo al porcentaje de materia del universo que no emite ningún tipo de radiación electromagnética y que hoy en día está siendo estudiada por él, tema que le resulta seductor e interesante.
Julio recuerda que, cuando estaba estudiando en Córdoba, no se le destinaba mucha inversión a este campo de la ciencia, hechos que no son muy diferentes a lo que ocurre hoy en día. «Siempre fue así, siempre faltaron recursos o los pocos que hay no están bien invertidos. La falta de recursos es lo que nos resta mucha competitividad, sobre todo en el campo de la investigación». Aunque opina que «ahora que la tecnología está tan globalizada, debe ser más fácil que en mis tiempos. Cuando yo estudiaba, nos llegaban ejemplares de revistas de astronomía y nos actualizábamos de ahí, ahora tenemos acceso a todo».
«Nosotros hacemos simulaciones del universo, usando las condiciones iniciales que entendemos del universo, asumimos una cantidad de procesos físicos y evolucionarlos en el tiempo en una computadora. En ese proceso de comparación, vamos aprendiendo» explicó de manera simplificada la tarea de su trabajo.
«Lo que hemos aprendido en las últimas 2 o 3 décadas es eso, que la materia oscura existe, cuánto hay y también hemos aprendido lo que no es. No es materia ordinaria, no es la que está en la tabla periódica. La materia oscura es totalmente transparente, no se refleja con la luz. Como no interacciona con la luz, ¿cómo hacerla para medirla?» desarrolló su trabajo de investigación.
«Me lo tomo tranquilamente. Si las cosas pasan, pasan. Y si no pasan, también estamos bien. Les contaba a mis hijos: el hecho de que mi nombre esté en la misma oración que ‘Premio Nobel’, aunque no me lo gane, para mi ya está» respondió cuando le preguntamos cómo se toma el hecho de que su trabajo sea tan reconocido a nivel internacional.