En el primero de los hechos golpearon al dueño de conocido autoservicio y se alzaron con una abultada suma de dinero. En el otro, aprovecharon que los veraneantes habían salido a cenar y se llevaron hasta la ropa.
La calma de Monte Hermoso se vio sorpresivamente alterada por un par de hechos de inseguridad, en plena temporada alta donde el movimiento en las calles es alto con relación al invierno. En ambos casos, los ribetes de los ilícitos son graves y cuantiosos.
El primero de los hechos tuvo lugar anoche, minutos antes de la madrugada y en el cual resultó víctima un conocido comerciante de la vecina localidad balnearia, cuando se disponía a ingresar a su domicilio de Río Asunción al 500.
Según relató Edgardo Mastrángelo, de 52 años, fue abordado por dos sujetos armados con pistolas 9 milímetros y encapuchados, quienes de manera muy violenta le solicitaron que les entregue dinero.
Rápidamente, los malvivientes se alzaron con la plata prevista para pagarle a los proveedores de su supermercado ubicado en San Martín al 900. Fueron directamente a la guantera y, frente a la insistencia de los ladrones, les suministró otra parte del botín (oculto debajo del asiento de su vehículo) en el que se incluía la recaudación de la semana.
Fuentes consultadas por la redacción de este diario digital señalaron que al titular del conocido autoservicio llamado Rosarino 2 fue ingresado a la fuerza a su domicilio, atado con precintos y hasta lo golpearon en la cabeza.
Las primeras pesquisas de la Policía sostienen que los vecinos del sector no observaron nada. Además, confirmaron que el domicilio de Mastrángelo no tiene cámaras de seguridad.
Casi en simultáneo, Gabriela Cuesta, doctora bahiense que se encuentra descansando en la ciudad reveló en diálogo con LA BRÚJULA 24 que cerca de las 23, fue a cenar junto a su familia a un parador y, cuando regresaron, encontraron total desorden y casi ninguna de sus pertenencias.
«Es la tercera vez que pasamos un robo de estas características y esta vez fue estando acá en Monte. Es una vergüenza, nadie te da soluciones. Uno viene a pasarla bien y se encuentra con esto. En una hora te sacan todo», detalló la mujer, visiblemente dolida y confirmando que su inmueble está en la zona céntrica, cerca del Parador Rojo.
Por último, cuando hizo un recuento de lo sustraído, sintetizó: «Se llevaron toda la ropa, los pocos elementos de tecnología que había y también plata en efectivo».