El Jefe de los Guardavidas, Leonardo Marino, señaló que si bien la noticia del crecimiento en el caudal del río «es un alivio», el hecho de haber menos espacio de playa «trae complicaciones para turistas y veraneantes» que se acercan a la costa para sobrellevar el intenso calor de estos días».
El río Paraná subió más de 80 centímetros en lo que va del mes de febrero a la altura de Rosario, lo que redujo los espacios de playa unos 25 metros y complicó el distanciamiento social de las personas que disfrutan de la costanera rosarina este verano.
Así lo manifestó a Radio 2 de Rosario, el Jefe de Guardavidas de la Rambla Catalunya, Leonardo Marino, quien dijo que por la importante crecida que experimentó el río en febrero, tras una bajante histórica, «el sector de playa se redujo en unos 25 metros».
«Las playas estaban muy extensas, muy anchas, lo que nos ayudaba con el distanciamiento, y ahora cambió la imagen porque subió el río en este último tiempo y avanzó sobre la playa por lo que ahora tenemos menos espacio», explicó.
Marino dijo además que durante la bajante «teníamos una playa que era el doble de ancho, diferente a otras temporadas, y ahora se acerca más a las medias naturales del río y de la playa».
El Jefe de los Guardavidas señaló que si bien la noticia del crecimiento en el caudal del río «es un alivio», el hecho de haber menos espacio de playa «trae complicaciones para turistas y veraneantes» que se acercan a la costa para sobrellevar el intenso calor de estos días».
No obstante, Marino comentó que en la presente temporada «la afluencia de gente es de casi un 50 por ciento menos, respecto a otros años», sin pandemia ni restricciones sanitarias.
Según el Centro de Informaciones Meteorológicas, la altura de hoy del río Paraná, en Rosario, alcanzaba los 2.45 metros.
En tanto y según el pronóstico preliminar del Instituto Nacional del Agua (INA), indican que para el martes venidero, el caudal del río en esta ciudad del sur de Santa Fe, se ubicaría en los 2.90 m.
La creciente del río en los últimos días, se debe a las intensas lluvias en las altas cuencas de los ríos Paraná e Iguazú, en territorio brasileño.