En 1972, el gobierno de facto del general Agustín Lanusse había perdido legitimidad y estaba totalmente debilitado, gracias a la creciente presión y participación popular en torno a una vuelta a la democracia.
Con la decisión del llamado a elecciones presidenciales y el levantamiento de la proscripción, se produce la vuelta de Juan Domingo Perón; se convirtió en un acontecimiento histórico, sinónimo de la más férrea militancia, histórica y renovada por las nuevas generaciones, y del retorno del voto popular y democrático.
Tras 18 años de proscripción y exilio, Perón volvía a la escena política Argentina.
Y volvía con estas palabras: “A pesar de mis años [tenía 77], un mandato interior de mi conciencia me impulsa a tomar la decisión de volver, con la mejor buena voluntad, sin rencores que en mí no han sido habituales y con la firme decisión de servir, si ello es posible», «Mi misión es de paz y no de guerra”.
El 17 de noviembre fue un símbolo de la resistencia y la lucha de muchas personas que estaban fuertemente comprometidas con la vuelta de la democracia, el respeto de los derechos políticos y sociales y la libertad, valores que con Perón proscripto y exiliado, no podían garantizarse. Es por ello que, gracias a esa militancia, en esta fecha se recuerda un momento glorioso para el pueblo peronista; ese día fue el sello al trabajo y al compromiso asumido, con el respeto a los derechos políticos, sociales y la democracia, por la que muchos sufrieron persecución, encarcelamiento y otros, la muerte.
La tarea de la militancia merece un justo reconocimiento por la nobleza de su entrega desinteresada y llena de sinsabores, al transmitir la esperanza de los más necesitados, para ser transformados en políticas por las causas populares.
El peronismo ha sabido interpretar e inculcar esta conciencia que tiene base en la entrega, y el mensaje de Evita: “donde hay una necesidad, nace un derecho.”
COMPAÑEROS:
FELIZ DÍA DEL MILITANTE!!!