De no haber cambios, ese proceso comenzará la semana que viene, cuando lleguen los primeros principios activos a la Argentina para que en Richmond realice la etapa final de la producción de la vacuna y su envasado.
Marcelo Figueiras, dueño de Richmond
Tal como señala el portal Infobae, durante estos meses el laboratorio argentino compartió un proceso de ida y vuelta de información y envíos de muestras a territorio ruso, en un trabajo que requiere muchísima coordinación con Moscú.
Desde el inicio de la pandemia, la Argentina acumula más de 3,8 millones de contagios reportados y supera las 78.700 muertes. Según los últimos datos, hasta el momento solo el 21,86% de la población (9,9 millones de personas) recibió al menos una dosis de alguna de las vacunas que se aplican en el país contra el coronavirus y apenas el 6,33% (2,8 millones de personas) se encuentra inoculado con ambas aplicaciones. La producción local a gran escala de la Sputnik V ayudaría a acelerar el ritmo de vacunación.
En abril, el laboratorio había enviado al Centro Gamaleya un lote de más de 21.000 dosis producidas en la Argentina para que fueran testeadas y sometidas a pruebas de calidad, con el objetivo de iniciar la producción masiva en una de sus plantas ubicadas en el Gran Buenos Aires y poder, luego, exportar a diferentes países de América Latina y Central.