La casa está ubicada en la calle Buenos Aires al 2.700, a menos de diez cuadras del Casino Central y la Rambla, y tanto familiares de Salamone, como arquitectos de la región y vecinos de la ciudad han impulsado distintas iniciativas para asegurar su preservación.Por Alfredo Ves Losada
La puesta en venta de un chalet de estilo ecléctico de poco más de 100 metros cuadrados en la zona de la vieja terminal de ómnibus de Mar del Plata activó en los últimos días una campaña en varios frentes para tratar de que la vivienda sea preservada y convertida en monumento histórico, una movida entusiasta que tiene una explicación: se trata de la última construcción conocida del ingeniero y arquitecto Francisco Salamone.
La casa está ubicada en la calle Buenos Aires al 2.700, a menos de diez cuadras del Casino Central y la Rambla, y tanto familiares de Salamone, como arquitectos de la región y vecinos de la ciudad han impulsado distintas iniciativas para asegurar su preservación.
El chalet fue construido por el ingeniero en 1954 como vivienda particular para una familia amiga de la localidad balnearia, y se trata de la última obra suya registrada, antes de su fallecimiento en 1959.
Si bien la construcción no tiene el estilo imponente o el tamaño de decenas de construcciones con las que Salamone sembró las provincias de Buenos Aires y Córdoba entre las décadas de 1930 y 1940 -entre ellas los cementerios de Laprida y Azul, o los mataderos de Saldungaray y Coronel Pringles-, la firma y el sello estampados en los planos originales marcan su valor patrimonial.
La casa es una unidad en una planta, con un estilo ecléctico en el que se mezclan detalles neoclásicos como las columnas jónicas del frente y características tradicionales de los chalets marplatenses.
«Durante muchos años hubo un desconocimiento general de que existía esta casa, y como no tiene características futuristas, art déco o monumentalistas como las demás obras, quedó olvidada. Pero estamos hablando del patrimonio que dejó un arquitecto único en el mundo, y por eso entendemos que hay que rescatarla», dijo en diálogo con Télam Martha Pérez Schneider, arquitecta coordinadora del Circuito «Salamone Andante».
Pérez Schneider aseguró que desde el Distrito IX del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires (Capba) buscan que la vivienda «quede en pie y no sea demolida o modificada de un modo irreversible», y que se analice «cómo puede ser refuncionalizada de un modo que incluso en caso de que sea vendida pueda ser preservada».
En la misma línea, Pablo Mastropasqua, asesor de Patrimonio del Capba a nivel distrital y docente en la Universidad Nacional de Mar del Plata, destacó que «es la última obra construida por Salamone, con la particularidad de que la hizo para un privado, después de haber realizado mucha obra pública y después de haber casi desaparecido de la escena por muchos años».
«Es su única obra en Mar del Plata, y está en proceso de venta y de sucesión entre los herederos de la familia para la que fue diseñada, y la intención es que se incorpore al patrimonio como monumento histórico», explicó.
Entre los principales impulsores de ese pedido están también los nietos del arquitecto, Daniela y Martín Redi, que desde la ciudad de Nueva York en la que residen desde hace años, lanzaron a través de la plataforma Avaaz.org una campaña para juntar firmas con un pedido claro: «No dejen que destruyan la obra de Francisco Salamone».
La iniciativa plantea que la construcción de la calle Buenos Aires sea incluida «dentro del conjunto de obras declaradas Patrimonio Cultural e Histórico de la Provincia de Buenos Aires y sea protegida bajo sus leyes para evitar ser destruida».
La campaña fue lanzada el 12 de junio último y en pocos días logró gran difusión en redes sociales, especialmente en media docena de grupos de Facebook que siguen los pasos del ingeniero nacido en Italia en 1897.
La nieta del constructor explicó que la casa fue construida por su abuelo para Emilio Canzani, un amigo suyo que tenía una hija llamada Alicia Anélica y por eso bautizó la vivienda como «Alicia», como puede leerse sobre la entrada del garage.
«Por lo que sabemos, la dueña, que falleció hace poco, mantuvo la casa con todos sus detalles, como las puertas o molduras originales, y la casa está impecable por dentro. Es una alegría saber que siempre estuvo en manos de sus dueños originales, y sin dudas consideramos que debe ser preservada», dijo en diálogo con Télam Daniela Redi, licenciada en historia del arte e investigadora de la obra de su abuelo desde hace 20 años.
La mujer consideró además que la construcción «podría generar mucho interés si se suma al circuito que recorre el resto de sus trabajos» y sería «otro atractivo para Mar del Plata con un potencial enorme», ya que «no solo se trata de su última obra sino que marca su regreso al estilo más clásico».
La campaña para juntar firmas y la difusión del tema desde el Capba tuvo a su vez eco a nivel legislativo, ya que la diputada provincial Débora Indarte (Frente de Todos), presentó un proyecto en la Legislatura bonaerense para que se declare «Patrimonio Cultural y Monumento Histórico de la provincia de Buenos Aires el bien inmueble».
«Cabe destacar que las obras declaradas como patrimonio histórico y cultural de la Nación son bienes públicos provinciales o municipales y que el inmueble que pretendemos que sea declarado como Patrimonio Cultural y Monumento Histórico de la provincia de Buenos Aires, sito en la Calle Buenos Aires N° 2715, de la ciudad de Mar del Plata, está en manos privadas y ha sido puesto en venta», subrayó la iniciativa.
La legisladora aseguró a Télam que «en 2001 se hizo una ley provincial para declarar la obra de Salamone como patrimonio, y como esta no es una de las incluidas dentro del circuito de obras suyas porque no se conocía mucho sobre ella, requiere ser valorizada y protegida».
Tanto desde el Capba como los nietos del arquitecto apuntaron incluso que «sería extraordinario» que la obra de Salamone sea considerada Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, y de ese modo, Mar del Plata contaría con una edificación protegida por ese esquema.
Schneider destacó en ese sentido que «en gran medida, el conjunto de obras de este arquitecto se ha rescatado de abajo hacia arriba, porque hay vecinos, parientes, profesionales que ayudan a seguir descubriendo su historia, y este podría ser un capítulo más».