Estoy escribiendo esto el 3 de septiembre, pero lo voy a publicar más adelante para que, en vez de meterse en el clima político efímero de este tiempo electoral, lo que escribo sea leído por quienes pueden hacer algo y entendido como una necesidad de gestión y no una cuestión de campaña. Como lo que escribo puede afectar trabajos y entiendo que el tema de la pandemia nos puso a todos en un estrés y situación de aprendizaje, también omitiré nombres, a excepción del mío.
El día lunes 16/8 feriado empecé con síntomas compatibles con COVID. Avisamos al Hospital Menor de Sierra de la Ventana. Nos dijeron que a la mañana siguiente me debería hisopar. A este momento epidemiológico, llego con las dos dosis de Sputnik dadas en marzo y habiendo transitado una vez el coronavirus (con síntomas leves, con pérdida de olfato y mucho cansancio).
A la mañana siguiente, se confirma el diagnostico en el hisopado rápido. Para todo esto mi estado general había decaído mucho. Desde el martes hasta el sábado, solo estuve en cama, no podía levantarme, dormía, comía algo (bastante menos que lo que suelo comer) y volvía a dormir. El jueves empecé con falta de aire y dolor en el pecho, por lo que establecí la 2da comunicación con el medico abocado a este tema (en 4 días sin contacto). Cuando digo establecí es porque yo era quien escribía siempre primero, y cada vez que escribía, debía identificarme y explicar nuevamente mi caso. Ahí, por vía WhatsApp y en base a lo que le conté me receta, (vía WhatsApp) dos antibióticos por 6 días. los días siguientes fueron de altibajos, con la constante de sentirme muy fatigado y con dolor de pecho al respirar, apenas pudiéndome levantar de la cama. Fue así que mi señora decidió volver a escribir al médico, y con mucha insistencia, logró que nos hicieron una placa de los pulmones, ella había dado positivo el día anterior y también tenía dolor en el pecho y falta de aire.
En ese momento, no disponíamos de nuestro vehículo. Al no tener, un médico que se ocupara de nuestro estado de salud, nadie tuvo en cuenta, el traslado ni menos el estado de salud y riesgos de contagio que presentábamos por nuestro estado. De nuevo, tuvo que llamar mi señora al hospital menor y pedir la ambulancia, que nos llevó, esperó y trajo de vuelta. Las placas se vieron y ante la insistencia por WhatsApp, nos dijo el médico asignado al seguimiento para COVID en Sierra de la Ventana que estábamos bien y listo.
De ahí en más, estuvimos sin contacto ni seguimiento por parte de ningún médico y en el transcurso de prácticamente dos semanas. Fuimos mejorando tanto mi Sra. como yo, y dos semanas más tarde, nos dieron el alta. ¿Cómo nos dieron el alta? Al sentirnos de a poco mejor, fuimos midiendo el esfuerzo que podíamos hacer, no presentamos fiebre, pero si mucho cansancio y dolor muscular. Cuando se concluía el tiempo de la licencia laboral, (a la que pudimos acceder porque nos facilitaron el resultado del test PCR, ya que pese al pedido de certificado médico en cada comunicación jamás nos lo dieron) nos contactamos de nuevo con el medico encargado del seguimiento COVID, Era la 4ta vez que nos comunicábamos, siempre por motus propio, es decir que nunca en 3 semanas mandaron un mensaje para saber cómo transitábamos la enfermedad. Al comunicarnos, nos indica el doctor a cargo del seguimiento que nos vayamos a hacer una revisión en guardia para dar paso al alta médico. Llamamos al hospital menor, explicando la situación y nos dan turno el jueves a la mañana, entrando por Alberdi. Al llegar, aun con malestar físico general y otras secuelas, esperamos en la salita (casi 1 hora).
Cuando me llama el Doctor, comento le comento la situación, éste empezó a demostrar su disconformidad y quejas con la situación. Desde “Ud. Son positivos, no tienen que estar acá” expresados poco amigablemente, a hablar mal del colega y de cómo llegamos hasta ahí y pasamos un buen rato. Es decir un mal rato, donde estuvimos incomodos, porque un médico nos decía una cosa, visiblemente disconforme con la situación y hablando mal de colegas y de la situación y diciéndome que estábamos haciendo un desastre sanitario. Luego de hacerme un certificado que no dice nada (solo que me vio y que presentaba una saturación de 94%) de muy mala gana y malos modos, se negó a atendernos (a revisarnos y observar nuestro estado de salud).
A mi esposa, directamente no la quiso atender, ella se acercó a la puerta del consultorio y él se alejó diciéndole que hacía ahí, que para él somos positivos y contagiamos, que nos vayamos y que hablemos con el medico a cargo de COVID. Ella tiene compromiso bronquio pulmonar por un padecimiento previo, de asma, que se lo manifestó al médico por WhatsApp (por supuesto sin ninguna atención).
Luego de eso, nos retiramos y solicitamos ser atendidos por avenida Roca, por el director del Hospital para explicar la situación y pedir una solución. Lo primero que nos dijeron es que esto que nos había pasado no era un hecho aislado. Luego que el director del Hospital Menor no se encontraba ese día, que el día siguiente lo podíamos ver. Al contarle exactamente lo mismo que expongo en esta carta, la recepcionista nos dijo que este modo de pasar las cosas, con órdenes, contraordenes y vaivenes es moneda corriente para los casos de coronavirus, que hagamos una nota. Finalmente y llamado por el director gracias a la recepcionista de Av. Roca, se comunica con el Dr. que hace los seguimientos quien nos expide un certificado de alta por WhatsApp y solo habiendo visto una radiografía y dándonos antibióticos durante casi 3 semanas. Por audio, nos dice que
hagamos un escrito, manifestando no tener síntomas. No sé si se dimensiona esto, un MEDICO le pide al paciente que diga que no tiene síntomas, para darle el alta. Por supuesto no lo hicimos.
Nos fuimos del hospital menor con el compromiso de hacer la nota de reclamo. Lamentablemente, luego de esto, que nos sucedió, muchos vecinos, conocidos nos compartieron que les había pasado “cosas similares “, y me alentaron a realizar este reclamo, en voz de ellos también. Por lo que, aquí estoy en nombre mío y de mi familia cumpliendo ese compromiso, pero como profesional que soy, decidí antes de escribir, pensar el sentido de la carta.
La idea no es quedar solo en lo anecdótico ya que la historia que tiene un final relativamente bueno, sino que podamos rever y crecer a partir de esta situación sanitaria para que no vuelva a suceder. Teniendo en cuenta que, por nuestros oficios y profesiones, estamos en contacto con muchísima gente de los más diversos puntos del distrito y de otros lugares, después del alta volvimos a nuestras actividades extremando aún más los protocolos sanitarios, entendiendo nuestra responsabilidad social.
Por mi formación y experiencia profesional es que puedo decir que en Sierra de la Ventana hace falta un sistema de gestión y calidad de la salud y el tratamiento médico. Cuando decimos calidad, nos referimos a un proceso con varias etapas: diseño, implementación, llenado de planillas de procedimientos, lectura y almacenamiento de las mismas, auditoría interna y externa, mejora continua. NADA de esto se llevó a cabo en el hospital de Sierra de la Ventana. Son innegables las mejoras y ampliaciones edilicias y de equipamiento, pero no hay sistema de calidad, por lo menos en lo que a gestión de la pandemia refiere.
Por eso, es que a través de esta carta quiero pedirle a las autoridades sanitarias que revean el sistema de calidad sanitario que se está aplicando en Sierra de la Ventana. En caso de no tener un protocolo o un sistema de calidad se implemente de manera eficaz lo antes posible y que por favor vean la posibilidad de que este sistema de calidad sea conectando entre sí todas las unidades sanitarias del distrito, ya que es sabido que muchas veces quienes vivimos en una localidad nos atendemos en otra, ya sea por la disponibilidad de especialistas, de días, horarios o cuestiones laborales que nos encuentran en una localidad distinta a la que consideramos la de vivienda. Esto sería de gran ayuda para mejorar la calidad de atención distrital y de los vecinos. También sería bueno darle al personal a cargo alguna instrucción en cuanto a lo que refiere trato humano: desde empatizar con el pendiente y no exponer sentimientos personales negativos como el enojo, hasta cuestiones como no hablar mal de colegas o la propia institución donde trabajan frente a los usuarios. Desde ya agradezco su tiempo y su predisposición, quedo a la espera de su rta
Joaquín Serafini DNI 33369506
Obligado 274- Sierra de la Ventana