En esta ocasión, les presentamos información sobre un ave muy conocida, que se puede encontrar tanto en paisaje rural como urbano y que se distingue -más que por sus colores o canto- por su fantástico nido.
Es un ave sociable que habita cerca de las personas y es muy laborioso. Se lo puede considerar como un pionero de la arquitectura natural, pues su nido de adobe es construido con sabiduría y usando sólo su pico como única herramienta.
Seguramente ya sabrán de quién se trata… Sí, es el Hornero cuyo nombre científico es Furnarius Rufus, especie de ave passeriforme perteneciente a la familia de los furnáridos (Furnariidae), también conocido como Alonsito (en Argentina y Paraguay), casero, caserita, albañil (en Argentina), tiluchi (en el Oriente Boliviano). Habita en Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia.
En Argentina, tiene un valor especial pues desde 1928 fue nominada Ave Nacional por la «Asociación Ornitológica del Plata», ONG hoy conocida como «Aves Argentinas», a partir de una encuesta realizada en conjunto con el diario La Razón. Una de las principales razones para su elección fue que se encuentra presente en casi todo el territorio argentino, es trabajador y convive con el hombre de campo, colabora con los agricultores protegiendo el sembrado de insectos y mantiene una pareja estable toda su vida.
Por ser muy apreciado, ha sido mencionado en muchos poemas y relatos de hombres de letras y compositores folklóricos, que lo llevaron a ocupar un lugar privilegiado en nuestra cultura argentina.
“La casita del hornero tiene alcoba y tiene sala”, describe una poesía de Leopoldo Lugones basada en el avanzado diseño de su nido, pues en el interior hay un tabique que divide el sector de entrada de la cámara de incubación y que protege los huevos de depredadores y de vientos.
Lo construyen en pareja con barro, pajitas, raíces, estiércol o crin de caballo hasta formar una bolita. Su maravillosa construcción pesa entre 4 a 5 kilos, resiste las adversidades climáticas durante años aunque cada año vuelven a construir uno nuevo, a veces sobre el anterior.
Sin embargo, esos nidos abandonados sirven de morada para otras especies de aves como Jilgueros, Ratonas,
Golondrinas y Estorninos, entre otras.
El Hornero es pequeño, mide entre 16 y 23 cm, no presenta dimorfismo sexual, su dorso es pardo o castaño, su banda alar es de color canela poco notable. Su cola es rufa, tiene garganta blancuzca y el resto ventral es acanelado.
La hembra deposita de 3 a 4 huevos, que ambos ayudan a incubar. Al ser un ave de hábitos no migratorios, vive y se reproduce en su área de residencia. En otoño, construyen el nido y, en octubre, la hembra pone los huevos que son incubados durante 15 días. Los pichones permanecen entre 2 y 3 meses bajo el cuidado de sus padres.
Los caracteriza el andar elegante y el canto típico que hembra y macho emiten a dúo, que se oye así.
Son insectívoros y toman su alimento de la tierra caminando sobre ella. Su dieta consiste principalmente en pequeños invertebrados como coleópteros, grillos, mariposas y otros insectos.
Antes de despedirnos, queremos compartirles una linda leyenda que cuenta el origen de esta laboriosa ave.
Bibliografía:
* 100 aves argentinas. Tito Narosky – Pablo Canevari.
* Guía de identificación Aves de Argentina y Uruguay. Tito Narosky – Darío Yzurieta.
* Leyenda del Hornero en http://www.portaldesalta.gov.ar/hornero.html
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