Todos los alacranes inoculan veneno cuando atacan, pero la peligrosidad del veneno depende de la especie.
El género “Tityus” (foto) es el de mayor interés sanitario por ser el más peligroso para la salud humana, y se diferencia del “bothrius” por tener tres líneas longitudinales más oscuras en el dorso, pinzas más largas y delgadas y un aguijón y púa en la cola que aparenta doble aguijón.
La mayoría de las picaduras producen sólo manifestaciones locales; es decir, en el sitio de aguijonamiento aparece un dolor punzante e intenso que puede extenderse hacia regiones cercanas. Asimismo, puede aparecer una leve inflamación y sensación de hormigueo. En ocasiones se suma sudoración localizada y algunas contracciones musculares puntuales en el área afectada. Los cuadros graves o letales se han presentado en picadura de especies de escorpiones del género “Tityus”, ya que su veneno tiene efecto neurotóxico. En estos casos, a los síntomas locales se les agregan manifestaciones por compromiso del sistema nervioso autónomo. En la mayoría de los casos, las víctimas son niños menores de 12 años.
Los primeros síntomas son ardor, dolor y enrojecimiento en la zona. En bebés y niños hay que prestar atención al llanto sin motivo aparente. Estos signos deben llevarnos a la consulta en forma inmediata. El cuadro puede agravarse progresivamente con taquicardia, dificultad respiratoria y vómitos.
Lo recomendado es consultar inmediatamente al centro de salud más cercano. Se pueden aplicar compresas frías o hielo en la zona de la picadura, esto contribuirá a calmar el dolor y producirá vasoconstricción. Cuando sólo se presentan manifestaciones en la zona del aguijonamiento, el equipo de salud realizará tratamiento del dolor, vacunación contra el tétanos si fuera necesario y observará al accidentado durante un período de aproximadamente seis horas. Cuando el cuadro es más grave, es necesaria la internación para un monitoreo continuo y control estricto, y la aplicación precoz del antiveneno. Si es posible, se recomienda llevar el alacrán en un frasco para reconocer la especie.
Las consecuencias de los aguijonamientos múltiples dependen de la relación del peso de la víctima y la cantidad de veneno inoculado, por ello los niños de corta edad son más susceptibles a presentar cuadros graves. Si los ataques fueron realizados por el mismo animal, en cada inoculación la dosis de veneno es menor (salvo que haya transcurrido tiempo para que el alacrán haya producido veneno para un nuevo ataque).
Se recomienda eliminar sitios donde puedan ocultarse los alacranes, como lugares húmedos, cálidos y sombríos dentro y alrededor de la casa (escombros, leña, malezas); colocar mallas anti insectos en las rejillas y resumideros del hogar; instalar burletes y mosquiteros en las puertas y ventanas y se aconseja tapar grietas que hubieran en paredes y pisos. Otras sugerencias: alejar las camas del contacto con las paredes o ventanas; sellar las cámaras de cloacas; revisar y sacudir la ropa, media y calzados antes de usarlos; inspeccionar la cama antes de acostarse; evitar caminar descalzo; no dormir en el suelo; controlar criaderos de insectos (como cucarachas) alimento de los alacranes.
La picadura de los alacranes del género “Tityus” puede ser especialmente peligrosa en niños, ancianos y personas con problemas de salud preexistentes, como hipertensos, cardiópatas o diabéticos. En el caso de los niños, el tamaño corporal del accidentado es importante porque aquellos de menor peso son más sensibles a igual dosis de veneno inoculada.