El investigador especialista de GEKKO y del departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia de la UNS, nos explica en esta entrevista un poco más detalladamente por qué es tan importante que la obra de la autopista de la ruta 33 sea detenida hasta mediados de Enero debido a la población de los loros barranqueros, especie en peligro de extinción, que allí habita.
«No está del todo bien cuantificado cuáles migran o cuáles no, pero si en Enero los pichones se emancipan» mencionó Pablo. Además, explicó que esto no quiere decir que los ejemplares desaparezcan o se vayan, sino que los pichones ya pueden valerse por si mismos y son capaces de volar y trasladarse a otro espacio. Vale aclarar que uno de los lugares donde más se puede visualizar esta especie es la colonia que se ubica en el Parque de Mayo de Bahía Blanca.
Pablo desarrolló que, en nuestro territorio, hay dos variedades de la misma especie. Una, que es más patagónica, y otra, que es más bonaerense. «El conflicto que hemos tenido con la colonia de loros en Calle Cabrera, era justamente porque fue la colonia envenenada, siendo la especie original bonaerense». Agregó que no todos los ejemplares se trasladan y migran para reproducirse, sino que los pichones, mientras se desarrollan y esperan a tener su edad reproductiva, quedan deambulando por el territorio donde nacieron hasta madurar.
«Estos espacios y estas situaciones hay que aprovecharlas para contar y empezar a ver con ojos un poco más sensibles lo que vemos cuando abrimos la ventana» reflexionó Pablo acerca de lo que ocurre con la obra de la autopista en nuestra zona.
«Que las barrancas no se dejen verticales, sino que se dejen con cierto ángulo, ya que, donde hay un cierto ángulo el loro no lo usa porque ese ángulo permite a cualquier depredador acceder a la cueva» propuso una alternativa a esta problemática.
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