La Organización Meteorológica Mundial advirtió que «un evento meteorológico que se da en un punto del planeta tiene consecuencias en otro lugar a miles de kilómetros», y para ello exigió más políticas públicas y planificación a largo plazo, de cara al aumento de fenómenos por el cambio climático.
«Alerta temprana y acción temprana» es el lema que la Organización Meteorológica Mundial (OMM) adoptó para su 72 aniversario este año, con el que pide mayor inversión en esas áreas a los casi 200 países que la integran, por considerar que son indispensables para el desarrollo económico, la navegación y la reducción de riesgos de desastre en un escenario en el que crecen los fenómenos extremos por el cambio climático.
El 23 de marzo de 1950 se oficializó la creación de la OMM en reemplazo de la Organización Meteorológica Internacional (OMI) con el objetivo de construir un organismo intergubernamental y que formara parte de las Naciones Unidas (lo que sucedió un año después) además de mantener una autonomía y carácter internacional.
En este contexto, sus 193 Estados miembros recolectan, analizan y comparten información sobre el tiempo, el clima y el ciclo del agua bajo criterios establecidos por la organización en un marco de cooperación que permite comparar y construir modelos para la planificación de acciones aplicadas a cada sector.
Este año, en el Día Meteorológico Mundial, la OMM se propuso destacar la importancia de la inversión por parte de los Estados en estos modelos para reducir el riesgo de desastres y cuidar a la población.
«Los fenómenos extremos relacionados con el tiempo, el clima y el agua son cada vez más frecuentes e intensos en muchas partes del mundo como consecuencia del cambio climático», detalló la OMM en un comunicado y destacó que son fundamentales las predicciones con anticipación para salvar vidas.
Sin embargo, una de cada tres personas todavía no está debidamente cubierta por los sistemas de alerta temprana, según datos de la organización.
Investigación
Los análisis e informes del estado y el comportamiento de la atmósfera, su interacción con la tierra y los océanos, el tiempo y el clima que genera y las previsiones de estas acciones son realizados por los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales y compartidos, para que todos los países puedan tener acceso a esta información.
«Prácticamente todas las actividades del ser humano están reguladas por factores meteorológicos y los fenómenos meteorológicos por el cambio climático se están volviendo cada vez más frecuentes e intensos; por eso es urgente invertir para que la población pueda prepararse para mitigar los impactos que puedan tener», aseguró en diálogo con Télam Cindy Fernández, del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
La meteoróloga destacó que según un informe de la OMM «solo uno de cada tres países cuenta con un sistema de alerta temprana por fenómenos meteorológicos y Argentina es uno de ellos», y explicó que este modelo de advertencias «está actualizado a las nuevas tecnologías y es fácil de leer y comprender».
«El conocimiento de las variaciones climáticas es de suma importancia para el desarrollo de la navegación, las operaciones militares y la vida en general»
Fernández remarcó que el rol de la OMM «es crucial» para que los servicios meteorológico e hidrometeorológicos trabajen de manera coordinada y compartan la información, con la lógica de que todos los países puedan utilizarla y brindar mejores servicios en tiempo oportunos, con la anticipación que se requiera.
«La atmósfera no tiene fronteras, un evento meteorológico que se da en un punto del planeta tiene consecuencias en otro lugar a miles de kilómetros», detalló Fernández .
Para un correcto estudio de los fenómenos atmosféricos, el SMN cuenta con 125 observatorios distribuidos en todo el país que aportan datos de manera constante a la realización de pronósticos del tiempo, alertas temprana por distintos eventos meteorológicos y contribuyen a los informes mensuales, trimestrales y anuales.
Poder hacer una correcta evaluación de estos fenómenos permiten a las autoridades diseñar políticas públicas a largo plazo o una mejor planificación de medidas ante un hecho concreto, como los incendios forestales, por lo que resulta fundamental contar con un pronóstico que advierta la probabilidad de precipitaciones, así como también la velocidad y dirección del viento.
Los sectores productivos como la pesca, la ganadería y la agricultura, entre otros, necesitan las previsiones meteorológicas para un mejor aprovechamiento de recursos; así como también poder determinar alertas tempranas de vientos fuertes, tormentas, heladas o temperaturas extremas sirven para que las autoridades puedan adoptar o recomendar acciones de cuidado para la población.
El SMN se fundó en octubre de 1872, bajo el nombre de Oficina Meteorológica Argentina en la actual sede del Observatorio de Córdoba, en la capital de esa provincia, pero en 1904 las oficinas del organismo fueron trasladadas a la ciudad de Buenos Aires, donde actualmente funciona bajo la dirección de Celeste Saulo quien es también vicepresidenta segunda de la OMM.
Además del SMN, nuestro país cuenta desde 1947 con el servicio meteorológico de la Armada Argentina que realiza pronósticos específicos de las actividades operativas realizadas por las unidades de superficie, la Fuerza de Submarinos, la Infantería de Marina y la Aviación Naval.
«El conocimiento de las variaciones climáticas es de suma importancia para el desarrollo de la navegación, las operaciones militares y la vida en general», detalló la fuerza a través de la web oficial.
Para el funcionamiento de este servicio meteorológico oficiales y suboficiales realizan un seguimiento permanente de las actividades de la Armada y la evolución de pronósticos, que requieren guardias de 24 horas en las áreas centrales de Buenos Aires y las bases aeronavales Almirante Espora y Río Grande.