El licenciado en psicología Damián Rodrigo Ponte brindó detalles acerca del trabajo que realizan en el Centro de Asistencia al Jugador Compulsivo. Entrevista realizada en el micro Tiempo Educativo
Aunque muchas veces no esté visualizada en los medios de comunicación, la adicción al juego sigue generando serios dolores de cabeza, tanto para quien la padece como así también en todo su entorno.
Por tal motivo hace más de 15 años fueron creados en el ámbito provincial varios satélites que brindan contención y orientación al respecto. En Bahía Blanca se ubica el más próximo a la comarca serrana, y su titular, el licenciado en psicología Damián Rodrigo Ponte brindó detalles al respecto.
Dándole un marco histórico, resaltó que esto “es parte de un programa que se inició en 2005 y en Bahía Blanca trabajamos desde el 2011. Hay 10 centros en toda la provincia. Específicamente se trata de un Centro de Asistencia al Jugador Compulsivo, cuya idea nace de forma conjunta entre el Ministerio de Salud y el Instituto de Loterías y Casinos de la Provincia”.
En suelo bahiense dicha organización se ubica en “Lavalle 229, atendemos de lunes a viernes de 9 a 17 y se pueden contactar con nosotros a través del 0291 155767117. Cualquier persona se puede comunicar, ya sea el que padece esta situación o gente de su entorno. Nosotros no solo trabajamos con el afectado, sino con todo su círculo. Esta adicción afecta no solo a la persona en sí, sino a todos los que lo rodean”.
Dando ciertas generalidades el psicólogo afirmó que “hay determinadas actividades que están más prestas a convertirse en una adicción. Lo central de una adicción no está en el objeto, sino el vínculo que el sujeto arma con eso, en este caso, el juego”.
Y profundizando en ese aspecto, afirmó que “en el caso de los casinos y los bingos, las tragamonedas y la ruleta generan más adicción que la lotería. ¿Por qué? Porque en la lotería vemos que sale el número, pasa un tiempo hasta que sale el otro, uno está rodeado en la mesa por otras personas, ya pasa más por una cuestión social”.
Siguiendo esa idea, comentó que “en cambio en la tragamonedas el sujeto está solo, aislado, hasta adormecido en algunos momentos… y la satisfacción y frustración es inmediata. Siempre se está a un segundo de que la suerte cambie. Es un rasgo bastante facilitador del vínculo adictivo”.
En otro pasaje de la charla, y sobre el momento en que la persona decide pedir ayuda, Ponte aseguró que “como una generalización podríamos decir que siempre es necesario un punto de crisis. Para cada sujeto ese momento es muy singular. Para algunos puede ser una gran pérdida económica. Para otros, la pérdida o amenaza de perder la familia. Hemos tenido casos de jefes acompañando a su empleado adicto. Pueden venir acompañados”.
Cerrando la entrevista, el licenciado sostuvo que “la ludopatía virtual es algo en algún punto novedoso que comenzamos a encontrarnos ahora. Pero lo que prima es el jugador que va a una sala. Con la pandemia la demanda bajó muchísimo. Para muchos sirvió como un límite y fue tranquilizador. Es un paréntesis, ya que donde el mundo vuelve a funcionar se retoma el punto donde se estaba”.
En ese sentido contó que “uno de los recursos que utilizamos es la autoexclusión. Uno se acerca a cualquiera de los centros, firma, y por dos años no puede ingresar a un bingo o casino”.