El Dr. Leandro Picardi aclaró un tema que lamentablemente se ha vuelto recurrente: Cuándo un padre pierde todo derecho sobre un hijo.
Tristemente en las noticias se ve muy a menudo. Más de lo que cualquiera quisiera. Padres o madres que lejos de ser un espejo en donde mirarse y formarse, terminan dañando física y psíquicamente a sus hijos, ante un estado que muchas veces llega tarde al resguardo.
Al respecto, el Dr. Leandro Picardi comentó los parámetros de la responsabilidad parental, iniciando la charla con una definición muy clara: “es el conjunto de derechos y deberos que tiene un padre sobre sus hijos. Esto hace que la persona pueda ejercer el cuidado útil de un hijo”.
Por ende, y siguiendo esa línea, “cuando ese padre o madre poner en riesgo la salud de ese hijo, sea física o psíquicamente, el derecho no puede aceptarlo, y tras la reforma del 2015 del Código Civil y Comercial quedó establecido puntualmente cuales son las causales por las cuales uno de los dos papás puede pedir que solamente él pueda ejercer todos los derechos sobre esa criatura”.
Al llevarlo a ejemplos prácticos, el abogado reconoció que “hay casos sencillos, por ejemplo cuando una persona es condenada y cae presa por algún delito, de manera automática cesa su responsabilidad parental. Hay otros casos más complejos, donde hay que demostrar toda la situación para que la justicia actúe en consecuencia”.
Al mismo tiempo remarcó que “toda persona tiene derecho a apelar la sentencia. Significa que un juez de primera instancia dictó sentencia. Al apelar, pasa a un tribunal conformado por tres jueces, los cuales evalúan si la situación fue bien planteada o no”.
Volviendo al llano y a lo experimentado en primera persona en su rol profesional, Picardi admitió que “en los casos que hemos tenido, en uno de ellos tuvo que denunciar tres veces para obtener respuesta. En los demás, sin necesidad de denuncia en policía, con los dichos de la madre otorgaron la responsabilidad parental. Todo tiene que ver con el grado del abandono del hijo, no tanto por las denuncias previas, sino más bien por el trato con el hijo”.
De igual manera, y con cierta congoja, reconoció que “muchas personas desgraciadamente no tiene un acompañamiento profesional para que las asesore, entonces ingresan en ese círculo de hacer denuncias y esperar una justicia que quizás no llega, o llega tarde, y el nene se hace mayor o se cometen delitos mucho más graves”.