El apasionado Marcelo García comentó detalles de la estación de trenes de Sierra de la Ventana, la cual convertida en museo, atesora valiosos recuerdos que ya acumulan un siglo de vida.
La mejor descripción de Marcelo García es reconocerlo como un todoterreno. Encasillarlo en otro ámbito sería dejar parte de su esencia fuera, ese intangible que lo llevó a no claudicar y redoblar esfuerzos para que el tiempo y la privatización no se lleven puesta a la estación ferroviaria de Sierra de la Ventana.
Ese establecimiento, hoy convertido en museo municipal, es uno de los grandes atractivos turísticos que tiene la comarca, aunque como bien reconoce Marcelo “hemos pasado de todo, lo que termina siendo un compendio de anécdotas. Hemos pasado frío, lluvia, calor… y en un día como hoy, en la época que pasaban los trenes a más de 100 kilómetros por hora, con el viento que tiraban, terminaríamos medio congelados”.
Volando en el tiempo, García no duda en admitir que “el ferrocarril fue mi pasión. Viendo las privatizaciones de los años 90, es que me propuse que en la estación donde me tocara, iba a hacer todo lo posible para que no cerrara. Darle vida, cuidarla, buscar que la declaren patrimonio cultural para que se protejan todos los bienes”.
De allí que el destino lo quiso en la comarca, y por eso “no se perdió en el tiempo ni se llevaron ni derivaron bienes. Los mismos bienes que tenía desde 1908 siguen estando en la estación. El reloj era lo que yo decía que era lo primero que no debía sacarse y por fortuna nunca se movió”.
Sobre el trabajo en el museo, comentó que “voy haciendo el inventario de a poco. Los tiempos no me permiten estar a un 100%, pero sacando un cálculo entre lo más pequeño a lo más grande, hay arriba de 500 objetos. En el exterior dejé objetos que consideré que aguantarían las inclemencias del tiempo. Allí hay objetos que se utilizaron en el ramal Pringles. Varios de esos habían sido tirados como chatarra”.
En tanto que en otro pasaje de la charla confirmó que “hasta antes de la pandemia se estimaban unos 60 a 70 visitantes por día. Haciendo un conteo general por mes, tenía días de arriba de 100 visitantes. Actualmente, como soy parte del plantel del mantenimiento del centro cultural, por allí no estoy todo el tiempo en la estación. Lo que se hace ahora es organizar con los colegios previamente las visitas”.