Joaquín Serafini, propietario de Cerveza Sureña, contó varios detalles que giran en torno a una de las bebidas más consumidas del país.
Hasta hace no mucho tiempo sería un día más. Sin embargo, con la proliferación de las cervezas artesanales, el 5 de agosto comenzó a ganar terreno, aún sin llegar a ser un San Patricio, pero ubicándose de forma firme y constante en el almanaque.
«Joaco» Cultivando lúpulos en el patio de Sierra de la Ventana junto a su padre.
Lo cierto es que este Día Internacional de la Cerveza trajo consigo varios secretos revelados por uno de sus más fervientes y apasionados defensores dentro de la comarca: Joaquín Serafini.
El propietario de Cerveza Sureña comentó algunas de las características principales que sirven para entender eso que tanto nos gusta de esta bebida.
“La cerveza tiene cuatro ingredientes básicamente: agua, malta, lúpulo y levadura. El agua transporta todo lo que lleva. La malta le dará fermento. El lúpulo le dará amargor y la levadura transformará los azúcares en alcohol. El agua por ser mayoritaria le da la característica del lugar” aseguró.
En esa línea reconoció que “cada vez más cervecerías están estandarizando el agua, por lo que las cervezas cada vez se parecen más. Para estandarizarla lo que se busca es llevar sus minerales a una similitud de los que se encuentran en la localidad inglesa de Burton Upon Trent, lugar donde se creó la cerveza IPA”.
En otro pasaje de la charla, contó que “James Foster, escocés, que tiene certificación de juez de cerveza en varias escuelas y además es maestro de destilación vino a recorrer nuestras instalaciones y a probar nuestros productos. Quedó maravillado por el sabor que le da el agua de acá, aunque nos comentó que no servía para competir. Incluso nos dejó algunos tips. La verdad fue muy generoso”.
Remontándose a sus comienzos, Joaquín admitió que “nos inspiró mucho Fernando Aguiar. Él sabe muchísimo. Nos ayudó mucho en el comienzo, cuando nos guió para mejorar lo que veníamos haciendo”.
Y trazando un paralelismo entre el pasado y el presente, afirmó que “hoy en día cambió mucho” el ambiente del productor. “Antes eran muy generosos y desinteresados. Hoy encontras esa gente, pero también de la otra, que aspirando más al lado comercial guarda ciertas reservas”.
Por último, y hablando puntualmente al ADN de Sureña, reconoció que “como trabajamos con agua del lugar, también tratamos de trabajar con lúpulos nacionales. Tenemos tres proveedores. Todos tienen enfoques de bases cítricas y también de carozo y frutas dulces”.