Hace más de un siglo, un trágico hecho que le costó la vida a más de un centenar de obreras textiles marcó el inicio de las reivindicaciones y los derechos de las mujeres trabajadoras. Desde entonces, las mujeres venimos soñado, trabajado e, incluso, luchado por conseguir un espacio más equitativo y justo en la sociedad.
Sin embargo, y a pesar de eso, continuamos encontrándonos ante el desafío de provocar un verdadero cambio social y cultural para evitar la discriminación, la desigualdad y la violencia que nos hunde y nos atormenta. Por ese motivo, el 8 de Marzo no es un festejo sino un recordatorio de que aún seguimos luchando para ocupar nuestro espacio en la sociedad.
No pedimos flores y bombones. Pedimos igualdad, pedimos paridad, pedimos que no nos maten, que no nos discriminen, que no nos callen y, por sobre todo, pedimos que tomen conciencia de que es el Estado el que debe garantizar nuestros derechos y brindar la justicia que nos merecemos.
MUJERES DEL FRENTE RENOVADOR TORNQUIST