Los galos quieren retener el título, un logro que obtuvo por última vez Brasil hace 60 años, al ganar en Suecia 1958 y Chile 1962. Los dirigidos por Regragui ya lograron ser el primer seleccionado africano en llegar a semifinales y quieren seguir escribiendo su página en el libro grande del fútbol.
El seleccionado de Francia, vigente campeón y en busca del tricampeonato mundial, deberá justificar este miércoles su favoritismo cuando juegue ante Marruecos, la revelación del certamen y que intentará ser el primer equipo africano finalista de una Copa del Mundo, en una de las semifinales de Qatar 2022.
El encuentro se desarrollará desde las 16 de Argentina en el Estadio Al Bayt, en la ciudad de Jor, a 45 kilómetros de Doha, con el arbitraje del mexicano César Ramos, quien estará asistido por su compatriotas Alberto Morín y Miguel Hernández. El venezolano Jesús Valenzuela será el cuarto árbitro.
En caso de empate al término de lo 90 minutos, habrá 30 minutos de suplementario y de seguir la igualdad se dirimirá el finalista mediante remates desde el punto penal.
Francia llegó con el rótulo de favorita, pese a que a pocos días del inicio del mundial se lesionaron N’Golo Kante, Presnel Kimpembe, Didier Pogba y, el Balón de Oro, Karim Benzema. El campeón deberá justificar sus intenciones de retener el título, algo que no se da hace 60 años, cuando Brasil lo consiguió en Suecia 1958 y Chile 1962.
El equipo de Didier Deschamps es sinónimo de jerarquía y calidad, comenzando por su mayor estrella, Kylian Mbbapé, el compañero de equipo de Lionel Messi y Neymar en el PSG, que cuando recibe el balón encara con velocidad y habilidad.
El equipo galo venció a Inglaterra en los cuartos de final y además del lógico conformismo por el triunfo se le sumó la tranquilidad que haber ganado con un Mbbapé bien tomado por los británicos y con pocas luces, dejando de lado la idea de un equipo muy dependiente del astro parisino.
El delantero Olivier Giroud es otra pieza fundamental en este semifinalista, al sumar cuatro goles, con un rendimiento que es la antítesis del que tuvo en Rusia 2018, cuando tuvo un gran nivel pero no pudo marcar.
El resto del equipo «Blue» cuanta con un notable arquero como Hugo lloris (figura ante Inglaterra), los defensores Raphael Varane y Dayot Upamecano, un mediocampo con Aurélien Tchouaméni (22 años), Ousmane Dembélé y el incansable Adien Rabiot, y la mención al gran momento que pasa Antoine Griezmann.
Marruecos es el invitado a la fiesta que nadie esperaba. Los dirigidos por Walid Regragui han llegado a una instancia desconocida para un seleccionado africano, es la primera vez que un equipo de ese continente avanza a una semifinal, dejando en el camino a España y Portugal.
Hasta ahora Camerún, en Italia 1990, y Senegal en Japón-Corea del Sur 2002, eran los equipos africanos que más lejos había nllegado al acceder a cuartos de final, luego de que 13 seleccionados de ese continente han participado de los mundiales a partir de 1970.
Marruecos llega invicto a esta instancia, con tres triunfos y dos empates (ante España ganó en definición con tiros desde el punto), recibiendo solo un gol en contra (de Canadá) en 480 minutos, mostrando una muralla en defensa.
Es solidez defensiva pasa por el excelente nivel del arquero Yassine Bono (Sevilla español) y un notable trabajo defensivo, con Achraf Hakimi (figura del PSG), Jawad El Yamiq (Valladolid de España) y Romain Saiss (Besiktas de Turquía).
Marruecos es un equipo que maneja muy bien el balón. En ese aspecto sobresale Hakim Ziyech (del Chelsea inglés), pero maneja su juegue en aguardar las acciones del adversario, saliendo de contra en velocidad, un equipo que sabe a qué juega y que está viviendo una coyuntura en la que todo los que logre es gloria.