(Por Alejandro San Martín) – Un cañadón profundo, con el río Pinturas serpenteando en su interior, es el paisaje que enmarca el Parque Provincial Cueva de las Manos, en el noroeste de la provincia de Santa Cruz. y que asemeja a un espectáculo de arte a cielo abierto donde los visitantes se encuentran frente a figuras de más de 9.000 años de antigüedad que dejaron plasmadas quienes conformaron las primeras poblaciones de la zona.
El Cañadón del Río Pinturas está ubicado entre las localidades de Perito Moreno y Bajo Caracoles, y para acceder hay que tomar la ruta nacional Nº 40 y en un desvío transitar por un camino de ripio hasta la zona de ingreso.
«Cueva de las Manos es un recurso reconocido por la Unesco, en un paisaje intacto, no intervenido, que se descubre cuando se inicia el sendero y se ven pinturas de más de 9.000 años hecho por los antiguos pobladores en ese marco natural que no ha cambiado, y que es el concepto que debemos rescatar para el desarrollo turístico de esta zona de la provincia», dijo a Télam el secretario de Estado de Turismo de Santa Cruz, Pablo Godoy.
Los primeros registros fotográficos del lugar datan de 1941, cuando llegó a la región el cura salesiano, Alberto de Agostini, que las publicó en el libro ‘Los Andes Patagónicos’, y que adjudicó las pinturas al pueblo Tehuelche.
Pero fue el topógrafo investigador; Carlos Gradin, quien en 1964 hace un relevamiento de la zona y presenta ‘Arte Rupestre de Patagonia’ en un viaje a Europa, y vuelve con todo un equipo de tres científicos a realizar las excavaciones.
En base a lo encontrado, determinaron que hace 12.000 años atrás toda la región estuvo habitada por pueblos originarios anteriores a los tehuelches, es decir, lo que se conoce como los primeros poblamientos americanos.
«Eran nómades, vivían una época del año en la parte alta, en la meseta, y el resto del año en los cañadones, y se cree que ellos seguían la vida del guanaco, que era su principal sustento, del cual obtenían carne, cuero, huesos, tendones, sangre, todo», explicó con detalle Daniela Cerdas, guía turística del lugar desde hace 10 años.
«El guanaco era tan importante para ellos que lo dejaron representado en las pinturas», continuó, y explicó que «los arqueólogos dividieron las pinturas en tres grupos estilísticos diferentes, que están todos mezclados».
La guía turística hizo un recorrido especial para un grupo de prensa y creadores digitales Lgbtiq+ en el primer fam tour del año organizado por el Gobierno de Santa Cruz con el objetivo de concientizar a los prestadores del noroeste de la provincia sobre ese segmento que moviliza millones de turistas nacionales e internacionales.
«Vivir la experiencia de recorrer un sitio arqueológico argentino con valor universal y de importancia para la humanidad, que data de más de 9.000 años, como la Cueva de las Manos, una de las expresiones más antiguas y destacadas del arte prehistórico en América del Sur en un excelente estado de conservación, es una verdadera parada obligada para quienes recorren el noroeste de la provincia de Santa Cruz», destacó el presidente de la Cámara de Comercio y Turismo Lgbtiq+, Pablo De Luca.
El sendero se encuentra en la margen derecha del Cañadón -el río Pinturas tiene una extensión de 150 kilómetros que nace en la meseta del Lago Buenos Aires y desemboca en el río Deseado, hasta llegar al Océano Atlántico- una formación de rocas ignimbritas (volcánicas) que se generaron antes de lo que fue la separación de África de América, hace unos 150 millones de años.
Todos esos lugares: cañadones, hondonadas y valles, sirvieron de protección y refugio para los primeros pobladores americanos.
«Las pinturas que se ven corresponden a estos grupos y tienen una datación de ocupación en la región de 12.000 años y de pinturas de 9.300 años», detalló la guía, y advirtió que los primeros 300 metros son solo de paisajes.
El cañadón en sí es una falla geológica, la fractura en un bloque que quedó expuesto miles de años y que tiempo después, cuando se empezaron a derretir los glaciares del Lago Posadas y Lago Pueyrredón, sirvió como vía de escape para toda esa masa de agua.
«Mucho tiempo después se forma lo que es el río Pinturas, es decir, son tres procesos geológicos en el mismo lugar: el cañadón es una falla geológica con erosión fluvio-glacial», describió la guía.
«Donde están las pinturas son las partes más altas -entre 250 y 300 metros de altura de la cima al sendero-, y del sendero al río tenemos 100 metros mas. El sendero es de unos 600 metros y se divide por sectores. En el sector dos está la cueva», precisó Daniela.
Una característica que acompaña al visitante durante todo el recorrido son las manos, y en este caso son negativos de manos, porque solo es el contorno, y la mayoría son manos izquierdas, y eso tiene que ver con una cuestión de practicidad: colocar la izquierda, trabajar con la derecha.
«Hay alguna derecha en menor proporción, y también vamos a ver de distintos tamaños, más pequeñas en la parte baja y hacia arriba de medianas a grandes», explicó.
Las pinturas están realizadas con minerales que en la ruta de migración iban recolectando y eran molidos y se mezclaban con grasa, con sangre, con orín, con yeso en algunos casos, haciendo todo una. La coloración es la oxidación del mineral: el rojo, el ocre y el violeta son óxidos de hierro.
En el primer grupo -que va de un período de 9.300 a 7.300 años- son todas escenas de cacerías de guanacos, y por ejemplo, hay una figura que parece un pájaro, pero es un guanaco y arriba hay una mano,
«Ellos eran cazadores en grupo y a la distancia, esto quiere decir que un grupo de hombres corría a los animales y otro grupo los atacaba, y para cazarlos utilizaban una técnica que se llama bola en lazo, parecido a la boleadora pero con una sola roca redondeada que le ataban cueros o tendones, un tiento largo de 3 a 5 metros, y al final un palo o un hueso a modo de manija», describió.
La típica foto que se encuentra en todos lados es la que presenta una infinidad de manos, negativos en distintos colores y tamaños, y alguna que otra mano derecha. Se dice que utilizaron varias técnicas; cueros empapados en pintura, huesos ahuecados, o colocándose la pintura en la boca para luego soplar sobre la mano.
«Los dibujos de guanaco son con una técnica que se llama hisopo, algo bastante parecido a lo que es el pincel, porque era pelo de guanaco o coirón de la estepa atada a un palito, y con eso pintaban, Lo verde es cobre y lo traían de la zona de Lago Posadas, que son 120 kilómetros al oeste de acá, donde también hay pinturas relacionadas con estos grupos solo que son un poquito más tardíos», detalló la guía
El segundo grupo que va de 7.300 a 3.300 años son todos animales grandes y en este caso son guanacas con cría y guanacas preñadas. También se ven negativos de patas de Choique, que es como el ñandú pero más petiso, y de una figura simbólica llamada gualicho, relacionada con rituales.
En el tercer grupo, que va de 3.300 a 1.300 años, esto pueblos del río Pinturas o primeros cazadores-recolectores de Patagonia, pintaron líneas en zigzag, figuras geométricas, líneas de puntos, triángulos, círculos concéntricos «que al ser tan abstractos no se sabe lo que significan», reconoció la guía.
En todo el cañadón hay más de 80 sitios con arte rupestre porque en cada lugar que ellos estuvieron dejaron su impronta.
En 1999 se declaró Patrimonio de la Humanidad por la Unesco por sus características y estado de conservación, por la concentración de pinturas, y porque Cueva de las Manos comprende una secuencia completa de ocupación, con pinturas del primero, segundo y tercer grupo.
«Desde hace 6 años es Parque Provincial, que por su capacidad de carga se visita con cupo limitado (20 personas por grupo que salen cada hora), pero sin reservas sino por orden de llegada , y todas las visitas guiadas por lo general bilingües», concluyó Daniela Cerdas.