Señora Ministra, soy personal del Sistema de Áreas Naturales Protegidas de la Provincia desde hace más de treinta años, hoy me desempeño en la Reserva Natural Bahía Blanca, Bahía Falsa, Bahía Verde.
Hace exactamente un año, para el Día Internacional de la Mujer, las mujeres trabajadoras del Sistema, presentamos un manifiesto. En él denunciamos un vaciamiento. Se lo amplío porque fui quien aportó ese concepto. Me refería a un vaciamiento que es peor que la precariedad. Porque en la precariedad siempre queda algo para rescatar, pero el vaciamiento no nos deja nada, borra de un plumazo la historia institucional, la memoria sobre la que se asientan las transformaciones y facilita el colonialismo de ideas que se presentan como novedosas pero que confunden. Como por ejemplo la del «ambientalismo popular», que debía democratizar el ambiente. El problema es que sin ambiente protegido estamos democratizado pobreza ambiental y por ende también social.
En el manifiesto advertimos de la “entrega encubierta” de las Áreas Protegidas a los municipios, que apenas pueden con su alma y se ven obligados a hacer uso de las mismas con fines contrarios a sus objetivos de conservación. Por eso existe el principio internacional de no regresión ambiental. Las Reservas Naturales no pueden bajar de nivel de jurisdicción, porque pasan a ser funcionales a necesidades locales, perdiendo objetivos de protección superiores.
Otra forma, más local, es la entrega en bandeja al Consorcio del Puerto de Bahía Blanca, de la Reserva Natural Islote de la Gaviota Cangrejera. En la ley de creación le bajaron la categoría de conservación, para que hagan lo que quieran con ella, incluso seguir dragando dentro del área protegida. Algo nunca visto.
Le pregunto, ¿se pasará la posta definitiva de las Áreas Naturales des-protegidas a los municipios?. Si la provincia no tiene presupuesto para sostenerlas, ¿lo tendrán ellos?
¿O, mejor aún, se las regalaremos a los Consorcios para las marquesinas de los “Puertos sustentables”?.
También en ese Manifiesto planteamos el vaciamiento del presupuesto. Nos enviaron algunas maquinarias (cortadoras, lijadoras, motosierras, etc.) como si tuviéramos infraestructura y personal para usarlas. Ahí están en un rincón, tal como las entregaron. ¿Este es el programa de fortalecimiento de Áreas Protegidas que tanto pregonaron?
Respecto al vaciamiento institucional: siguen sin nombrar a un/a Jefe/a de Departamento. Y algunas encargaturas de reservas naturales continúan ausentes. Seguimos igual.
Y el peor de todos: el vaciamiento de la biodiversidad. Todas, absolutamente todas, las especies que están bajo nuestra custodia, están agonizando. En esta Reserva Natural, mueren ahogados los delfines franciscanas en las redes. ¿Y que hacen? Apoyan el invento de una alarma para espantarlos. De manera tal que se alejen de uno de los pocos lugares que debía ser seguro para ellos: un área protegida. Ahora tal vez queden atrapados en otras redes hasta su extinción.
Es el ecofeminismo quien delata como el mismo patriarcado que oprime a la mujer depreda la tierra. Es el que también entrega una similar alarma (botón antipático) a las mujeres que padecen violencia de género, por si el violento se vuelve a acercar. Sabemos que eso no funciona. Tampoco lo harán las alarmas para los delfines. Aunque salgan a negarlo los pescadores (un colectivo de varones), el Consorcio del Puerto, integrado por empresarios machirulos y todos los que están detrás del negocio de las alarmas. Mujeres y biodiversidad siguen siendo vulneradas.
Mientras, en las Áreas Naturales Protegidas, hay mujeres trabajadoras a lo largo de toda la provincia, que se dedican a cuidar. Guardaparques, siempre presentes, aunque no cuenten con infraestructura básica. Biólogas que durante décadas transitaron sierras y se embarraron en las islas. Guías y Educadoras que recorrimos Reservas y Parques Provinciales llevando el mensaje de la conservación. Administrativas que han tenido la experiencia de evacuar por los incendios. Personal de Sede Central: comunicadoras, abogadas, profesionales diversas. Mujeres que nos acompañan desde el gremio y son perseguidas con sumarios infundados.
Otras, las menos, asumiendo la administración, desde hace años, de algunas de las Reservas Naturales. Me las imagino tolerando al Director de Áreas Protegidas con conductas machistas, que en su primera reunión virtual, repetía: “a los compañeros”, todo el tiempo. Cuando le pregunté si también nos incluía a “las compañeras”, se rió y se disculpó, porque dijo que lo habíamos retado en el chat. Le pareció gracioso. Porque para el director patriarca las mujeres somos retonas o maestras ciruelas.
Debo decirle además que no nos ayudó demasiado contar con una Ministra mujer. Del total de las/os encargadas/os de las Reservas, Parques y Monumentos Naturales las mujeres no ocupamos ni el veinte por ciento. Ya lo dijo la UICN“.. los roles tradicionales de género dictan quién puede acceder y controlar los recursos naturales, resultando a menudo en la marginación de las mujeres en comparación con los hombres” (UICN, 2020).
Tampoco, cuando usted estuvo de visita por aquí, convocó a las mujeres trabajadoras de esta Reserva, que somos mayoría. Y puso a cargo de la misma, a un varón con igual o menor experiencia que algunas de nosotras.
Finalmente Señora Ministra, decirle que con esta carta no espero ningún cambio. Solo dejarle este testimonio. Sabemos que en algún momento seguirá su rumbo por otros lares. No quiero que se vaya sin la palabra, en este Día Internacional de la Mujer, de una de las mujeres de las Áreas Protegidas, que conoce profundamente las heridas que se le infringieron a nuestro Sistema, que tanto nos costó construir. Heridas que llegaron al ambiente, a su biodiversidad y a las mujeres que lo protegen.
Porque no solo no cumplieron en garantizar la protección de los ambientes naturales y sus especies, sino que tampoco cumplieron con la agenda de género y diversidades de la que tanto hablaron. Pero ustedes se irán, como tantos/as otros/as y las Mujeres del Sistema de Áreas Naturales Protegidas, quedaremos. Y seremos memoria.
Prof. Patricia González
Personal dependiente de la Dirección de Áreas Protegidas.