Hispanoamérica crecerá económicamente, para este año, un 1,4%, según datos de la CEPAL; para el FMI sería de un 1,7%. Argentina estaría en el 2%, México y Brasil alrededor del 0,9%, Chile podría entrar en recesión. La sorpresa la dará Paraguay, con una proyección del 4%. Donde el 32,1 %, más de 200 millones de personas, se mantendrá en la pobreza; y, el 13,1 % en la indigencia, unos 82 millones de hispanoamericanos.
La desaceleración del crecimiento económico, la inflación elevada y la incertidumbre internacional implican que, la calidad de vida, el buen vivir, disminuirán para muchas personas, en las que habrá un mayor grado de ansiedad con respecto al futuro.
Y, en Argentina ¿cómo estamos?
Este 2023 es un año electoral, elegiremos a quienes ejecutarán las políticas públicas para nuestros municipios, las provincias y el estado argentino.
El dato político de relevancia es la multiplicidad de voces dispuestas a tolerar a un líder de tendencia autoritaria, a cambio de la solución a sus problemas más acuciantes que, parece reducirse a la violencia: caso Rosario (Santa Fé) o el conurbano bonaerense, como San Martín y La Matanza, por dar algún ejemplo. También la provincia de Córdoba ha cerrado, el 2022, con un incremento de la tasa de criminalidad cercano al 24% con respecto al 2021.
Las provincias mencionadas, Santa Fe, Buenos Ayres y Córdoba, que son parte de la pampa húmeda, es la región más densamente poblada de la Argentina, la de mejor poder económico y con mayor cantidad de villas miserias, con incremento de ciudades conurbanizadas. Toda esta región es la más codiciada por el narcotráfico.
Este 2023 se hablará de inflación, economía, violencia y el dólar, los mismos 4 temas desde hace 30 años. Discutimos siempre las consecuencias, nunca las causas.
El problema argentino es político, por la forma en cómo se administra el poder político, que se realiza a espaldas del artículo 1° de nuestra Constitución Nacional, adoptando un régimen político centralista. Nuestra Ley Suprema dice que somos federales.
Por lo tanto, la discusión que debemos plantear, como pueblo, es sobre el FEDERALISMO del S. XXI, trazando nuevas reglas políticas, esclareciendo cómo debe ser la relación entre provincias, entre las provincias y el estado federal, y las provincias y sus estados municipales. Sus atribuciones, autonomía, facultades, grado de independencia. Siendo lo más urgente, la derogación de esa herejía antifederal que es la ley de Coparticipación impositiva, mal llamada federal, inventada en el gobierno del Dr. Alfonsín. Y, por supuesto, llevar adelante una reforma tributaria que fortalezca y permita tener más herramientas, de carácter institucional y federal, a los municipios.
Esto es parte del temario que todo buen argentino debe comenzar a preguntarle a su candidato. Así sabremos si son centralistas o federales. Porque el centralismo mata.
Luis Gotte
DNI: 20.041.255
Mar del Plata, Buenos Ayres.
La trinchera federal Co-autor de “Buenos Ayres Humana, la hora de tu comunidad”. Ed. Fabro, 2022