Así lo confirmó el biólogo y profesor universitario de la UNS, Pablo Martin. Según aseguró podría generar problemas con las almejas nativas, no afectan la salud humana y tomando las debidas precauciones son comestibles.
Tras un estudio llevado adelante en la Universidad Nacional del Sur se pudo confirmar que volvió a aparecer en la comarca la almeja oriental invasora, la cual tuvo su primer registro en nuestra región en 2008.
Al respecto el biólogo y profesor universitario de esa casa de altos estudios, Pablo Martín, explicó que “a nivel global es invasora. Se está desparramando por todo el mundo. En Argentina hace varias décadas que se están viendo. Los primeros aparecieron en el Rio de la Plata en los 60, y de ahí al norte. Recién en el 92 se la vio en la cuenca del Salado y en el 97 en el Río Colorado y en el Río Negro después”.
Siguiendo la cronología, “en el 2002 en un estudio que hicimos en toda la provincia de Buenos Aires la ubicamos al norte de Olavarría, y recién en el 2008 dimos con ella en el río Sauce Grande. Ese hecho puntual se dio en la cola del embalse del dique Paso de las Piedras, junto al arroyo El Zorro. Había en cantidad pero no estaba extendida”.
Dando detalles de la especie, aseguró que “es una almeja muy similar a las de mar, salvo que esta es exclusiva de agua dulce, aunque muy tolerante a la salinidad. Puede vivir en un estuario. En la laguna de los Chilenos aún no la encontramos. Cada dos años hacemos recorridas desde el Sauce Grande al Chasicó, buscando invasores”.
Lanzando hipótesis de cómo se dio su arriba, Martin sostuvo que “casi con seguridad en la cola del embalse Paso de las Piedras fue llevado por los pescadores. Es un sitio con mucha actividad. Lo más probable es que al llevar carnada viva con agua del arroyo de donde se obtuvieron, sin saberlo pueden haber tomado también almejas. Otra opción es la piscicultura”.
En otro pasaje de la charla confirmó que “las larvas no tienen ningún tipo de peligro para la salud humana. De igual forma no conviene tomar agua no potabilizada. Sí es comestible aunque hay que tener las precauciones como con cualquier molusco, comenzando por cocinarla muy bien por el tema de virus o bacterias. Se supone que esta almeja fue traída por inmigrantes asiáticos como alimento. En Estados Unidos se comprobó que una invasión en la costa oeste se dio por este motivo”.
Por último, según contó, “en nuestros arroyos hay dos especies de almejas nativas, que tienen un modo de vida semejante al de esta almeja, así que esta invasora podría ejercer una competencia, afectándolas ya que consumen más alimento. Se alimentan de microorganismos a través de filtración, y también pueden aprovechar material orgánico muerto en suspensión”.
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