El médico abordó el brote de bronquiolitis sin perder de vista la crítica situación que vive el sistema de salud, en donde el partido de Tornquist no está exento.
El Dr. Gustavo Díaz se refirió al brote de bronquiolitis que está afectando a cada vez más chicos en los últimos días.
Al respecto el médico aclaró que “la bronquiolitis es estacional. Esta es la época. Recién los primeros fríos vinieron recién. En otras épocas, la bronquiolitis aparecía a fines de abril. Esto genera una explosión de consultas, dándose esta saturación del sistema. Adelantarnos y decir que será la peor epidemia sería muy apresurado. Nuestros peores años fueron en 2015 y 2016”.
En esa línea apuntó a que “la otra situación que no es menor y juntas dinamitan el sistema, es la desinversión del estado. Nos encontramos con una falencia que hace cinco años no teníamos pero se avizoraba. Esto hace que no haya personal para la atención, y te falten en este tipo de campañas. Si no tenes infraestructura y no tenes personal, torna todo muy grave”.
En otro pasaje de la charla sostuvo que “el distrito no es una isla, no está exento. No es lo mismo atender a un niño que a un adulto. Tenes que tener los espacios, los profesionales capacitados y el equipamiento adecuado. En estas etapas es donde tenes que trabajar las áreas programáticas con prevención”.
Volviendo a la enfermedad, llevó tranquilidad al referir que “los métodos de prevención son simples. Cuando se está en una etapa de enfermedad como esta, los menores de dos años son los más vulnerables. Hay que evitar las juntadas, ojo con los hermanos más grandes o adultos enfermos, porque en los primeros días es muy contagioso. Debemos ventilar la casa aunque haga frío. Tenemos que tener ambientes limpios de polvo, de cigarrillo. Si estoy enfermo debo usar barbijo. No debo suspender la lactancia materna”.
Aunque no se relajó, al subrayar que “es 17 veces más contagiosa que el COVID y las consecuencias son mayores. El niño hace mucosidad, tos, al segundo día la fiebre y al tercer día ya comienza con los problemas para respirar. Se le hunde el pecho. Es un proceso de dos semanas, donde la primera es la más importante. Al no poder respirar bien, no come, no descansa, aumenta la frecuencia respiratoria, eso se le tapa de mocos, le entra menos oxígeno y termina internado”.