Una mujer y su hermana fueron asesinadas a balazos por un policía bonaerense, expareja de una de ellas y sobre quien pesaban denuncias por violencia de género, quien también hirió de gravedad al esposo de una de las víctimas, en una vivienda de la localidad bonaerense de Arturo Seguí, partido de La Plata, informaron hoy fuentes policiales y judiciales.
El doble femicidio ocurrió anoche en el domicilio ubicado en la calle 411, entre 156 y 157, de la mencionada localidad platense.
El agresor es un policía bonaerense, identificado como Nazareno Sebastián Miño (38), quien se dirigió hasta el lugar en busca de sus hijos de 7 y 10 años, fruto de la relación con su expareja, Victoria Díaz (35).
Según relataron familiares de las víctimas, Miño, quien siempre iba armado, comenzó una discusión con su exmujer, aparentemente porque la joven se negó a que se llevara a los hijos, ya que él los tenía a cargo los fines de semana.
En la casa se encontraban además la excuñada de Miño y hermana de Victoria, Castorina Díaz (39), y el esposo de ella, Alcides Martínez (33), quienes quisieron intervenir en esa discusión.
En medio de esa situación, el policía bonaerense sacó su arma reglamentaria, una pistola calibre 9 milímetros, y comenzó a disparar hacia las tres personas frente a sus dos hijos, que estaban en la vivienda.
A raíz del ataque, las dos mujeres, de nacionalidad paraguaya, fueron alcanzadas por los disparos y murieron en el lugar, mientras que el hombre resultó gravemente herido de un balazo a la altura del ojo derecho, por lo que debió ser trasladado de urgencia al hospital San Roque de Gonnet en una ambulancia del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) y se encuentra internado con pronóstico reservado.
De acuerdo a lo informado por testigos a la policía, tras disparar, el policía salió de la casa con el arma en una mano y en la otra su celular, con el que llamó a alguien y le dijo: «Cuidame a los nenes».
Tras ello, subió a ambos niños por la fuerza a un auto y se los llevó.
Más tarde, Miño se entregó en el Destacamento de Arturo Seguí, situado en diagonal 146, entre 414 bis y 415, junto a sus hijos, quienes estaban ilesos y fueron llevados al área de Niñez para su resguardo, dijeron las fuentes.
Los voceros agregaron que el policía tenía denuncias por violencia de género de parte de Díaz, quien había hecho una presentación en enero de 2020, mientras que está imputado en otra causa que se tramita ante el Juzgado de Familia 6 de La Plata.
La hija de Castorina Díaz, Ruth (18), fue la primera que se acercó esta mañana al lugar del crimen y dijo que cuando llegó los vecinos le dijeron: «Le dispararon a tu mamá, a tu tía y a tu padrastro».
«Yo no lo creía hasta que intenté ingresar; no me dejaron, me puse a pelear con la policía. Dijeron que eran tres los que recibieron disparos, pero uno tenía signos vitales», contó la joven.
Por su parte, Lisa, una vecina que desde hace 19 años conocía a las mujeres asesinadas, dijo que «Cati (Castorina) era una trabajadora que vivía para sus hijos» y contó lo que alcanzó a ver de la situación.
«Anoche escuché los tres tiros, me vine, me acerqué a la casa y a los veinte minutos escuché los gritos de auxilio, era la nena de Cati que lo vio todo, una criatura de 12 años», contó Lisa.
Según la vecina, Miño «nunca aceptó la separación» de Victoria Díaz y la mató «cuando salía de bañarse».
«Yo escuché gritos de la nena que decía ‘ayudenme’; él vino directamente a matarlas», agregó.
La niña que salió a pedir ayuda es otra de las hijas de Castorina, quien presenció el ataque y pidió socorro a sus hermanas y tíos que viven a metros del lugar de los asesinatos.
«Este loco entró, agarró a las dos criaturas y mató a la madre frente a sus hijos», dijo Élida, la hermana mayor de las mujeres asesinadas, quien explicó que fue ella quien «encontró los cuerpos».
La mujer reconoció que Victoria le tenía «miedo» al asesino: «Un día la estaba golpeando y se metió la nena de 10 años, que en ese momento tenía 7, a defender a la mamá. Esa vez tenía moretones, la golpeó y ahí se mudó a lo de mi otra hermana», contó.
Élida describió a su hermana Victoria como «una mujer muy pasiva» y dijo que Miño tenía «el arma todo el tiempo y la mostraba, la ponía arriba de la mesa».
Ruth agregó que si bien su tía Victoria «aceptaba» que él viera a sus hijos, «no le gustaba la manera como los venía tratando, los retaba por cualquier cosa, a veces los retaba mucho o se sacaba cuando tenía que decir las cosas dos veces».
«Con mi mamá no tenía problemas, mi mamá escuchó los gritos y fue a ver qué pasaba, parece que empezaron a discutir porque él se quería llevar a los nenes», aseveró la joven.
Por otro lado, Jennifer, otra hermana de Ruth e hija de una de las mujeres asesinadas, dijo que sabía que el policía «estaba denunciado y tenía una perimetral», aunque no sabe si ya su tía la había retirado.
«Ella le tenía miedo y la amenazaba. Creo que ese día vino loco, no sé por qué mi mamá tuvo que pasar por esto, a mí me dijeron que estaba drogado, yo creo que vino derechito pensando que iba a matar a mi tía», manifestó Jennnifer, quien confirmó que Victoria Díaz había empezado hace cinco meses otra relación.
Tras el hecho, la Auditoria General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad bonaerense desafectó de manera inmediata a Miño, quien se desempeñaba en la Dirección de Control Tecnológico de la mencionada cartera, agregaron los voceros.
Interviene en la investigación la fiscal Ana María Medina, quien caratuló la causa como «doble homicidio en el marco de femicidio y tentativa de homicidio».
Para esta tarde se esperaban los resultados de la autopsia a las víctimas y la fiscalía trabajaba en el lugar de los hechos para supervisar el resto de los peritajes junto con la Policía Científica.