El encargado de mudar el colchón y el respaldo de una cama que tenían rastros de sangre de Cecilia Strzyzowski, la joven vista con vida por última vez el 2 de junio pasado en Resistencia, desde la casa de Emerenciano Sena y Marcela Acuña hacia la de una mujer, reconoció hoy que esos muebles eran del matrimonio acusado del crimen junto a su hijo, informaron fuentes judiciales.
Se trata del testigo Alfredo Aguirre, quien el 6 de junio trasladó con su camión de mudanzas un colchón, un respaldo de una cama y una mesita de luz desde la casa de Santa María de Oro 1460 hasta la vivienda de una mujer embarazada que vive en el barrio Emerenciano.
Fuentes judiciales informaron a Télam que el hombre confirmó esta mañana al Equipo Fiscal Especial (EFE) que el matrimonio era el dueño de esos muebles, los cuales tenían rastros de sangre de Cecilia, según determinaron hace casi una semana las pericias del Instituto de Medicina y Ciencias Forenses (IMCiF) de Chaco.
Los fiscales Jorge Cáceres Olivera, Jorge Gómez y Nelia Velázquez secuestraron los objetos trasladados por el camión el 22 de junio en dos allanamientos en casas contiguas, dentro del barrio Emerenciano.
El EFE comprobó esa mudanza con la cámara de seguridad ubicada al frente de la casa de los Sena y si bien se concretó el 6 de junio, se sospecha que al día siguiente de la desaparición de Cecilia ya pensaban en «donarlos» dado que Fabiana González, una de las cuatro personas imputadas por «encubrimiento agravado», declaró que Acuña le dijo el sábado 3 que llame a Aguirre para trasladarlos.
Por otra parte, Gerardo «Laucha» Flores, señalado por la querella como un octavo sospechoso, declaró ayer ante la fiscalía por segunda vez como testigo.
Si bien su abogado Ricardo Osuna, el mismo que defiende a César Sena, relativizó la importancia de su testimonio al decir que fue «una pérdida de tiempo», fuentes vinculadas a la querella aseguraron que «mintió» y que podría ser imputado por algún delito, ya sea por «falso testimonio» o «encubrimiento».
De todas maneras, el EFE todavía continuaba analizando esa posibilidad y, por el momento, Flores solo dio otra declaración testimonial en la que negó tener vínculos con los Sena, aunque hay sospechas de que pudo haber estado en el campo de Emerenciano los días posteriores al crimen, donde se cree que el cuerpo fue quemado.
El «Laucha» fue vinculado en su momento a la causa por Gustavo Melgarejo, acusado de «encubrimiento agravado», al declarar que Flores llegó a la chanchería el 5 de junio y tras haber visto a César Sena y Gustavo Obregón con una supuesta «bolsa» en una Renault Kangoo, le dijo a él: «Se mandó un moco el hijo de los patrones».
En tanto, la semana pasada, el EFE confirmó que también hallaron posibles manchas de sangre en la caja de la camioneta Toyota Hilux de César, pareja de Cecilia, y en el Citroën C4 de Obregón, otro presunto encubridor que dio detalles que permitieron dar con los restos óseos humanos de «una persona adulta» junto a un dije con forma de cruz que reconoció Gloria Romero, madre de la víctima.
Según las fuentes, entre mañana y el viernes se harán las aperturas de los sobres de los hisopados de esos vehículos con el objetivo de que comiencen las pericias, mientras que los fiscales continuarán tomando declaraciones a testigos cercanos a Cecilia y a Sena hijo.
Por su parte, la psicóloga que atendió a Cecilia hasta mayo pasado confirmó también la semana pasada que la joven le contó haber sido víctima de un episodio de violencia de género por parte de su esposo, y le aseguró que en los conflictos de pareja estaba incluida su suegra.
Cecilia (28) fue vista por última vez a las 9.16 del 2 de junio último, cuando una cámara de seguridad registró su ingreso en compañía de su marido a la casa de sus suegros, situada en la calle Santa María de Oro 1460, de Resistencia.
Según la resolución de los fiscales, Cecilia fue asesinada entre las 12.13 y las 13.01 en una de las habitaciones de la casa aparentemente por estrangulamiento en momentos en que se hallaba junto a César, Emerenciano y Acuña.
De acuerdo con la acusación, su cuerpo fue luego trasladado por César y un colaborador de la familia, Obregón, envuelto en una frazada y a bordo de una camioneta hasta la chanchería propiedad de los principales imputados, donde fue calcinada.
Finalmente, se cree que sus restos fueron esparcidos en distintos sectores de ese predio, junto a una de las márgenes del Río Tragadero, donde tiempo atrás se encontraron restos de huesos humanos y el viernes pasado otros fragmentos óseos que debe determinarse aún de qué son.
Además de los tres integrantes del denominado clan Sena, por el caso permanecen con prisión preventiva Obregón y su esposa González (ambos asistentes de los Sena) y Melgarejo y su mujer Griselda Reinoso (caseros de la familia), quienes están acusados de «encubrimiento agravado».