Científicos argentinos desarrollaron una tecnología de almacenamiento energético a partir de los residuos de la yerba mate, un producto cuyo consumo en Argentina asciende a 250 mil kilos al año. Para conocer más detalles del proceso de investigación y producción, Florencia Jérez, ingeniera química y becaria doctoral del Conicet en la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, dialogó con Sintonía Verde.
Jérez indicó que el proyecto busca generar carbones activados a partir de “residuos orgánicos como la yerba mate, ya que tienen una estructura porosa y permiten almacenar energía de forma física y retener contaminantes gaseosos como dióxido de carbono o también contaminantes acuosos como metales pesados o herbicidas”.
A partir de la producción de estos carbones activados, se pueden desarrollar “supercapacitores que son una tecnología de almacenamiento que complementan a las baterías existentes. Estos supercapacitores pueden responder rápidamente cuando se tiene un gran pico de potencia o de demanda alargando la vida útil de las baterías”.
Según la científica, estos dispositivos pueden ser aplicados en automóviles eléctricos, computadoras y celulares “debido a que todo dispositivo electrónico que contiene una batería tiene un súpercapacitor”. Por este motivo, “nuestra idea a largo plazo es poder reemplazar los supercapacitores importados con producción argentina”.
Por último, Jérez señaló que se encuentran trabajando en ampliar la producción de los carbones activados utilizando yerba mate y otros residuos vegetales. La segunda etapa consiste “en la producción de los almacenadores de energía que no existen en Latinoamérica y poder abrir una fábrica”.