Las ideologías colonialistas, tanto liberal como socialdemócratas, proyectadas en nuestra comunidad bonaerense se han convertido en muros que nos impiden ver la realidad en su totalidad. Al adherirnos a ellas, nos limitamos a ciertas tendencias y perspectivas, creando dispositivos de desgarros y rupturas en la imperiosa unidad de concepción para organizarnos y ordenarnos, dividiéndonos en disímiles grupos, o colectivos, que defienden intereses y visiones sectarias.
Somos incapaces de trabajar juntos, en unidad de acción, para encontrar soluciones a los problemas que enfrenta nuestra Provincia de Buenos Ayres.
En lugar de enfocarnos en las pequeñas diferencias y debates bizantinos, debiéramos centrarnos en temas como las formas de organización política y territorial. Federalismo o centralismo. Temas cruciales que determinan la distribución del poder político y la participación comunal.
Es momento de dejar de lado estas ideologías rígidas y comenzar a buscar puntos en común que nos articulen como comunidad. Pensar a la provincia dentro de un esquema de un federalismo de base municipal, con autonomía e independencia para su desarrollo y planificación estratégica. Para ello se requiere cumplir con determinados ejes:
.- Un sistema municipal con autonomía plena y Cartas Orgánicas, como lo establece el art. 123 de la C.N., de esta manera se fortalecería el gobierno municipal, la participación y control político comunal y una gestión eficiente de los recursos.
.- Modificar el régimen de coparticipación a municipios, para que sea más transparente y equitativo el reparto de los tributos, donde el gobierno provincial sea quien reciba el porcentaje de los ingresos que recaude cada Partido-municipio. Asimismo, se debe concretar una reforma tributaria que simplifique el sistema impositivo provincial y reduzca la presión fiscal sobre las actividades productivas. También mejorar la recaudación propia de los municipios, mediante el uso de tecnologías digitales y el control del cumplimiento tributario.
.- Impulsar el desarrollo de regiones productivas, basado en el aprovechamiento de las ventajas comparativas y competitivas de cada zona, la diversificación de la matriz productiva y el agregado de cadenas de valor a las materias primas. Para ello, se debe fomentar la inversión pública y privada en infraestructura, innovación, educación y capacitación; promoviendo el asociativismo y el cooperativismo entre los municipios; creando Bancos regionales para facilitar el acceso al crédito.
.- Crear un Tribunal de Cuentas Regional, un órgano colegiado e independiente que ejerza el control externo de la gestión financiera y patrimonial de los municipios. Su función sería fiscalizar el cumplimiento de las normas legales y presupuestarias, verificar la legalidad del uso de los recursos públicos, sancionar las irregularidades detectadas y disminuir la corrupción municipal.
.- Reconocer nuevos municipios en aquellas Delegaciones Municipales que cumplan con los requisitos establecidos por ley provincial, como la cantidad de habitantes, la superficie territorial, la capacidad administrativa y financiera y la voluntad popular expresada en un plebiscito.
.- Trasladar a Bahía Blanca, la puerta de la Patagonia, la sede del gobierno provincial, teniendo como objetivo descentralizar el poder político y administrativo, descongestionando el área Conurbano-CABA.
.- Crear un organismo interjurisdiccional que coordine las políticas públicas en el ámbito del Área Metropolitana de Buenos Ayres (40 municipios más la Ciudad del Buen Ayre). Este Ente tendría como finalidad planificar y ejecutar acciones conjuntas en materia de transporte, seguridad, salud, educación, vivienda, ambiente y desarrollo social, con una visión regional.
Además, se debiera proponer una nueva concepción municipal, que se los considere como unidad de producción y consumo, donde se aprovechen sus recursos para generar cadenas de valor, permitiendo empleos y mejores ingresos, la autosuficiencia y la sustentabilidad municipal y regional y se garantice el bienestar y el desarrollo integral de sus habitantes.
Para lograr estos objetivos, se debe planificar las siguientes acciones:
.- Impulsar la creación y el fortalecimiento de pequeñas unidades productivas que transformen la materia prima local en manufacturas. Por ejemplo, generando microemprendimientos como harineras, frigoríficos, aceiteras, carpinterías, ya sea a través de cooperativas o inversiones privadas para abastecer el mercado interno local y regional.
.- Promover el desarrollo de fuentes de energía renovables y no renovables que permitan abastecer las necesidades energéticas de la región, reduciendo los costos operativos. Estas fuentes de energía podrían contribuir a mejorar la eficiencia energética, la diversificación de la matriz productiva y la protección del medio ambiente.
.- Mejorar y ampliar la red ferroviaria que conecte a las regiones entre sí, facilitando el transporte de personas y mercancías. El transporte multimodal favorecería la integración territorial, el desarrollo económico y social y la descongestión vial.
.- Repoblar la región bonaerense desconurbanizando la región del AMBA, a través del incentivo del traslado voluntario de población desde el área metropolitana de Buen Ayre, hacia las regiones del centro y sur de la provincia, donde hay mayor disponibilidad de tierras y oportunidades productivas. Así, se buscaría mejorar las condiciones de vida de las personas, reduciendo la violencia social, el retroceso del narcotráfico y, principalmente, se evitaría que nuestros jóvenes deban dejar nuestra provincia.
La visión de una provincia de Buenos Ayres más justa, próspera y solidaria para 2045 implica una proyección que no solo busca el éxito económico, sino también el bienestar de nuestra población más joven, asegurando que tengan las oportunidades y los recursos necesarios para prosperar en la provincia de los bonaerenses.
Luis Gotte
La pequeña trinchera
Co-autor de “Buenos Ayres Humana, la hora de tu comunidad” Ed. Fabro, 2022
Mar del Plata
luisgotte@gmail.com
D.N.I. 20041255