La Resolución 48/104 adoptada en 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer define este tipo de violencia como «todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada».
El Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe realizado en Bogotá en el año 1981 fue el primer paso para lograr que en 1999 la Asamblea General proclamara el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en homenaje a las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal conocidas como Las Mariposas que, el 25 de noviembre de 1960, fueron brutalmente asesinadas por ser mujeres y activistas luchando por sus derechos contra el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo (1930-1961).
En la Argentina, la Ley 26.485/09 de Protección Integral a las Mujeres, para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en los que desarrollen sus relaciones interpersonales, es una herramienta fundamental en la lucha contra las violencias.
En el Consejo de las Mujeres Tornquist, cada 25 de noviembre, reafirmamos nuestra militancia en el feminismo popular, nuestra convicción de que la igualdad de género sólo es posible con justicia social y un estado presente que amplía y defiende nuestros derechos adquiridos y, también, convocamos a la participación de todos los sectores de la comunidad en la transformación de las reglas sociales que tiendan a la erradicación de la discriminación y las múltiples formas de violencia por razones de género.
En la democracia que venimos construyendo desde hace 40 años, todos somos parte de la solución. El derecho a una vida libre de violencia es un Derecho Humano.