Uno de los tantos vecinos de la comarca que está construyendo se refirió a la situación actual. “Veo menos gente que la temporada anterior” comentó.
Pese a vivir en Mar del Plata, desde el 2009 la lindura de la comarca lo atrapó y por eso junto con su familia se propusieron construir y el día de mañana radicarse definitivamente en este sector de la provincia.
Sobre cómo nació este vínculo, afirmó que “en 2009 viene a visitar parientes a Darregueira. Mi primo me dijo, en vez de volverte por Tres Arroyos a Mar del Plata, por qué no lo haces por Sierra. Fue una experiencia fabulosa. No conocía la nieve y tampoco la comarca. A medida que pasábamos el abra, paramos porque había muñecos de nieve. Hicimos unas fotos”.
“Paramos en Villa a buscar agua para el mate y algo para comer. Recorrimos un poco y nos gustó. Seguimos viaje pero fue un amor a primera vista. Tenemos un proyecto familiar de tener nuestra casita, y en el transcurso de la construcción tenes cosas que no están tan buenas… pero pese a ello a los tres minutos cada vez que venía me cambiaba el chip” afirmó.
En otro pasaje de la charla, y consultado sobre cómo se viene dando la temporada en Villa, no dudó en responder que “veo menos gente que la temporada anterior, pese a que está más verde que años anteriores”.
Mientras que trazando un paralelismo con lo que ocurre en Mar del Plata y los números desalentadores que arrojan los entes oficiales, acotó que “lo comprobamos en la playa. Vivimos en la zona norte, cerca de la playa. En el centro hay más movimiento, pero impacta fuerte cuando la temporada es mala. Históricamente pelea con el flagelo de la desocupación, y si en el verano va mal, en el invierno es igual o peor”.
Por último, y sobre su situación diaria tratando de levantar su vivienda, fue contundente al aclarar que “los materiales de construcción aumentaron sin límite, desde lo más básico que es una bolsa de cemento. Los salarios no aumentaron a ese ritmo. Pero los que estamos en proceso de construcción estamos en esa disyuntiva. ¿Qué hacemos? Seguimos o paramos. Y si seguís, ¿A qué ritmo?”.