Las mareas rojas, que también pueden ser verdes, amarillas o marrones, resultarían tóxicas para el ecosistema y los humanos, según advirtió la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Las mareas rojas, un fenómeno producido por la proliferación de microalgas que se pueden observar como una rojiza «mancha en el mar», que también pueden ser verdes amarillas o marrones, pueden ser tóxicas para el ser humano, advirtieron este miércoles desde la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.
Las floraciones de algas nocivas (FANs) es el término por el que se conoce a estos fenómenos naturales causados por organismos fitoplanctónicos microscópicos que, en condiciones favorables para su desarrollo, se multiplican y se concentran, produciendo efectos nocivos para los ecosistemas y/o la salud humana.
Este término define cualquier proliferación de microalgas -independientemente de su concentración- que sea percibida como dañina para el hombre, por lo que una microalga de la misma especie puede resultar perjudicial en una parte del mundo y pasar inadvertida en otra si no afecta la salud de sus habitantes o alguno de sus recursos pesqueros o naturales.
«Los FAN son una problemática cada vez más frecuente a nivel mundial que ocasionan severos daños sobre la salud pública, pérdidas económicas en acuicultura, perjuicios al turismo y episodios de mortandad de poblaciones naturales de peces, aves y mamíferos marinos», advirtió el Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) en un comunicado.
Los efectos del fitoplancton involucrado puede dividirse en dos grupos: el primero no produce toxinas, pero causa efectos nocivos que afectan la calidad del ambiente o mortandad de organismos marinos por anoxia o daño físico a sus branquias.
Por otro lado, el segundo grupo, el más perjudicial, es el que produce potentes toxinas que pueden contaminar los alimentos de origen marino y poner en riesgo a la salud humana, ocasionando también la mortandad de organismos marinos por intoxicación.
En ese sentido, el Inidep advirtió que los factores que aumentan el riesgo de exposición humana incluyen: el hecho de que las toxinas son inodoras, insípidas y no se desactivan al cocinar y la inexistencia de antídotos.
Como así también, la densa población humana en las regiones costeras, sumado a la recolección recreativa de mariscos; globalización del comercio de alimentos; la falta o ineficiencia de sistemas de monitoreo en muchas regiones del mundo y, sobre todo, el hecho de que los FAN son eventos impredecibles, si bien tienden a seguir las variaciones estacionales, oceánicas y climáticas.
Toxinas marinas en el mar argentino
En tanto, en el Mar Argentino se han reportado toxinas marinas de origen microalgas asociadas de distintos síndromes de intoxicación por moluscos que incluye el síndrome más grave por su extensión y toxicidad que es la «intoxicación paralizante por moluscos», que ha ocasionado numerosas muertes humanas, seguida por otro síndrome más leve, que es la «intoxicación diarreica».
El Inidep recomendó cuando ocurren eventos de floraciones de algas nocivas y los organismos provinciales de control y monitoreo decretan vedas para el consumo de los mariscos «no recolectar almejas o mejillones de la costa» y «no consumir los que no cuenten con el control correspondiente».
La proliferación de la especies de algas nocivas «pueden ser más frecuentes debido a las condiciones que genera el cambio climático y puede ocurrir que aumenten en su intensidad, que cambien la ventana de aparición o su frecuencia, así como que comiencen a generarse en sectores donde antes no se presentaban», advirtió el organismo.
Argentina cuenta con un sistema de control y monitoreo de toxinas que surgió en el año 1980 y el Senasa es el responsable del control y coordina esta tarea con los gobiernos provinciales y regionales para la clasificación y control de zonas de extracción y producción de moluscos en cuanto a toxinas legisladas y límites para su consumo.