Fue inaugurada en 1931 para mejorar la comunicación y el comercio en una zona clave del país.
Carmen de Patagones en la provincia de Buenos Aires y Viedma, capital de la provincia de Río Negro, son las ciudades testigo que desde hace 94 cada día sus ciudadanos utilizan la única obra de ingeniería en el mundo que simplificó la vida social y comercial especialmente de la región, pero que, conecta a todo el país, como lo hace el Túnel Subfluvial que abre las puertas del litoral uniendo las capitales de Santa Fe y Entre Ríos.
Se trata del puente levadizo que une las provincias de Buenos Aires y Río Negro que funcionó hasta 1957 con su sistema basculante siendo la primera conexión ferroautomotora entre ambos Estados provinciales.
En este caso, la fastuosa obra es una gigantesca estructura de acero, recorrida antaño en ambas direcciones por trenes y autos y permitía el paso de embarcaciones. También y a causa del paso del Río Negro y el gran tránsito fluvial los barcos ingresaban por allí a las ciudades. El puente tiene un tramo que se abría con frecuencia, tras el accionar de un operario habilitando el paso de grandes embarcaciones por lo que los vehículos terrestres debían esperar, teniendo el placer de contemplar el paisaje natural combinado con la majestuosa obra humanas. Actualmente no tiene todas las funciones, pero, se conservó en el pasado, este puente levadizo que aún es un ícono de la región.
El puente levadizo Carmen de Patagones-Viedma,vúnico en el mundo
Gracias a un minucioso trabajo de restauración realizado entre los años 2012 y 2013 con el fin de preservar la obra de ingeniería que marcó una época y, única en el mundo, hoy el puente le da la oportunidad a los turistas que visiten Carmen de Patagones y Viedma de disfrutar a este gigante de 2.500 toneladas, que se conserva a 17 metros de altura sobre el río Negro. La mole tiene 268 metros de longitud y 7 metros de ancho por donde por su pasarela metálica transitan peatones y ciclistas.
El puente se conserva como atractivo turístico por donde visitantes y lugareños lo cruzan en bicicleta y caminando Asimismo, el puente levadizo a contrapeso hidráulico, único en el mundo, continúa habilitado también al tránsito vehicular con la sustancial diferencia que, si bien se conserva el mecanismo, hoy es una mera decoración que denota los vestigios de la historia opulenta que supo tener auge en otra etapa de la cronología Argentina, hoy ya no se abre al paso de los barcos.
Un dato histórico que le valió el título ser el único en el mundo data del periodo 1939-1945 cuando en Japón uno similar fue destruido en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, Argentina tiene el único puente levadizo a contrapeso hidráulico del mundo, diseñado para el paso de vehículos motorizados, trenes de carga y de servicios de pasajeros.
El puente está compuesto de cuatro tramos firmes sobre pilares, de los cuales uno es basculante. Es decir, se podía levantar, mediante un mecanismo para permitir el paso de las embarcaciones. Es historia pasada, pero, interesante de conocer por el crucial papel que cumplió en la región. Dichos movimientos cobraron importancia con frecuencia entre 1931 y 1943, cuando pasó el último barco. Así y todo, fue en 1957 que dejó de cumplir su tarea ya que, para evitar daños en el sistema, el encargado de accionar el tramo levadizo continuó con la tarea.
La obra comenzó su curso en 1927 con la construcción de su estructura de acero hecha con materia prima alemana donde participaron 150 obreros distribuidos en turnos de 8 horas, durante todo el día para llegar a la inauguración el 17 de diciembre de 1931. Por su imponente estructura le valió un lugar en la Exposición Mundial de Ingeniería de Alemania en 1935, destacándolo como uno de los cinco puentes más importantes de Sudamérica.