Alberto Gasparini, de Luchemos por la Vida, nos cuenta el origen de la organización, nos explica cómo trabajan durante la pandemia y comparte su opinión sobre la educación vial.
«Yo soy Bahiense, Whitense, por lo tanto, a la comarca la conozco muchísimo. Me preocupa mucho pensar que lugares tan tranquilos tengan problemas de tránsito» mencionó Alberto al comenzar la nota.
Luchemos por la Vida tiene casi unos 30 años. Nació por un grupo de amigos jóvenes que se pusieron a pensar qué podían devolverle a la sociedad. Se dieron cuenta que había muchos accidentes de tránsito y que se hablaba muy poco sobre cómo evitarlos. «Luchemos empezó a armar un vídeo que luego se convirtió en la base de todas nuestras charlas de seguridad» explicó Alberto el origen de la organización.
«Estos últimos años han sido de una inactividad total porque al no moverse la gente, la gente no viaja tanto y el tránsito está reducido. Son condiciones donde nuestra actividad la hacemos mediante alguna actividad radial, por ejemplo» comentó Alberto cómo están trabajando durante la pandemia.
Luchemos por la Vida está proponiendo bajar la velocidad máxima en zonas urbanas (40 km/h) a 30 km/h. Alberto explica por qué estos 10 km/h implican una diferencia importante: «Esto es física pura. A 40 km/h, por más que uno reaccione de manera violenta, el auto puede desplazar a una persona unos 10 metros. A 30 km/h, la podría desplazar unos 5 metros. Esto podría evitar accidentes graves».
«Está demostrado que el exceso de velocidad es la causa máxima de muerte en todo el mundo» llamó la atención de los oyentes, con la intención de concientizar acerca del tema. También comentó que está comprobado en otros países que bajar la velocidad máxima en zonas urbanas no sólo disminuye el consumo de combustible, sino que decrece la mortalidad por accidentes de tránsito.
También estuvimos hablando sobre su postura sobre alcohol 0 al volante. «El alcohol al volante mata también es una de las premisas de Luchemos por la Vida» expresó. Y continuó: «Primera causa de muerte en todo el mundo; exceso de velocidad. Segunda causa; alcohol al volante. Lamentablemente, uno se vuelve consciente cuando se pega un susto, me parece que tenemos que cambiar nuestras actitudes».
«Yo no entiendo por que no le damos tanta atención a los accidentes de tránsito. Porque, además de la cuestión humanitaria, generan muchísimos gastos al Estado. Pretendemos que la educación vial sea una materia en la currícula, pero también la queremos como conocimientos transversales» declaró.
«Mejoramos las leyes, exigimos, damos cursos, pero después no controlamos. Por eso necesitamos educación permanente en todos los colegios, concientización a todos los conductores y control, no solamente cuando se va de vacaciones, sino todo el tiempo» propuso finalmente.
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